La estabilidad en el banquillo del Real Madrid no es demasiado común en los últimos tiempos, y este es un hecho que recientemente ha vuelto a ponerse de manifiesto. LaLiga ha vuelto a agitar a un Santiago Bernabéu que sólo se relaja cuando mira a Europa, y que sospecha, con argumentos bastante sólidos, que los problemas del equipo no son únicamente cuestión de entrenadores.

En apenas unos meses, por la capital han pasado Zinedine Zidane, Julen Lopetegui y Santiago Solari, y los mismos errores han acabado con los mismos disgustos para los blancos. La sangría es mayor incluso si se echa la vista atrás, porque antes de los dos años y medio que aguantó el francés, también hubo que buscar soluciones de emergencia al precipitado despido de Rafa Benítez.

El de Marsella cantó victoria en una ocasión en el campeonato de la regularidad, pero las desconexiones de una plantilla plagada de estrellas hicieron que los éxitos solamente resistieran en un torneo corto como la Champions. Ni siquiera la Copa del Rey está siendo un alivio, ya que en más de una ocasión ha colaborado agravando la irregular trayectoria de los 'merengues'.

El preparador galo no encontró las excusas para justificar su inesperado adiós el pasado verano, y señaló al desgaste como culpable para no decir que su equipo no olía demasiado bien. Hay un relevo generacional pendiente y además se han marchado algunos cracks, lo que ha acabado por debilitar un vestuario que intentará resistir a base de orgullo para que las derrotas no le entierren en la primera fase de la temporada.

El grupo perdido y sin rumbo que condenó a Lopetegui lo ha heredado un Solari que ha tardado poco en llevarse un golpe de realidad, tras encadenar algunas victorias -como ya hizo su predecesor-, antes de enredarse en una dolorosa goleada contra el Eibar. Tantos avisos no se deben ya a tropiezos de los llamados circunstanciales, caídas puntuales de aquellas que 'pueden pasar'.

Los jugadores no cumplen con las exigencias y la mala planificación señala a Florentino Pérez, un culpable que no había aparecido hasta ahora y que deberá recuperar a toda prisa la puntería en la ventana estival, porque si no hay una reacción a tiempo podrían perderse más títulos y la afición empezará a reclamar responsabilidades.

Solari no se prodiga en explicaciones

Tras encajar su primera derrota como entrenador del primer equipo, Santiago Solari no se ha prodigado en explicaciones, y ha declarado que las correcciones se harán "en privado". En una rueda de prensa breve y no demasiado animada, el argentino ha llamado al optimismo y ha negado que a los suyos les falte actitud, aunque ha reconocido que en la visita a Ipurua no se ha hecho un buen partido.