El Real Madrid empezaba la temporada 2017-18 con más confianza que nunca, tras un doblete prometedor y dos Supercopas alcanzadas con mucha solvencia. El batacazo llegó muy pronto en Liga y Copa del Rey, aunque la Champions aún podría salvar otro año complicado. El verano será agitado en el Santiago Bernabéu.

A pesar de los maquillajes con algunas rachas aisladas, hay varias certezas preocupantes en el vestuario blanco. De la 'BBC' no queda ni rastro, con Cristiano Ronaldo resucitando a medio curso, Karim Benzema peleado con el gol y Gareth Bale resignado a ser suplente de lujo. Toca buscar alternativas, pero eso también ha resultado un inconveniente.

Y es que Zinedine Zidane ha ignorado a los fichajes de Florentino Pérez, que llegaban para rejuvenecer y españolizar una plantilla dispuesta a todo y apenas han disfutado de alguna eliminatoria copera y unos pocos minutos para cuadrar estadísticas. Que parezca que han tenido oportunidades.

El Madrid no confía en los jóvenes

Ese equipo que presumía de ser más fuerte que nunca ha acabado echando de menos a los que se fueron, con James Rodríguez o Álvaro Morata como apagafuegos habituales. Este año la suerte para los 'fugados' ha sido dispar, aunque ninguno parece arrepentirse de haber elegido la puerta de salida.

Menos opciones han tenido los Ceballos, Mayoral, Vallejo, Llorente o Achraf, que pretendían aprovechar su primer año como 'merengues' y han lamentado no haberse ido cuando tuvieron oportunidad. Una cesión a tiempo hubiera resuelto muchas dudas, porque lo que es crecer, este año, lo han alcanzado pocos.

Especialmente sangrante ha sido el caso de Dani Ceballos, con un silencio auto obligado pero una procesión que va por dentro. Los malos ratos que le ha hecho pasar el míster han provocado el debate en la capital, donde se ve poca solución al conflicto. El verano deberá dictar sentencia, porque los jóvenes, sin jugar, no van a poder consolidarse.