Aunque la temporada se ha corrido un número y LaLiga ya empieza el curso 2017-18, nada parece haber cambiado para el Real Madrid. El gen ganador de los blancos continúa intacto, y ha sido suficiente con pasearlo por Riazor para golear a un Deportivo de la Coruña que tuvo sus ocasiones pero no las marcó.

Zidane ni siquiera necesitó a Cristiano Ronaldo, que continúa sancionado, para castigar la falta de gol de unos gallegos que tuvieron algunas pero no las metieron, con la mala puntería personificada en un Florin Andone que incordió a la defensa merengue pero que tendrá pesadillas con Keylor Navas. El guardameta cuajó una gran actuación e incluso se permitió el lujo de cerrar el duelo deteniéndole un penalti al rumano. Impecable.

Mientras tanto, el Real Madrid controló sin demasiados esfuerzos y con Modric y Marcelo brillando, y cuando aceleró hacia la portería de Rubén fue, como de costumbre, letal. A medio gas y recuperando fuerzas tras una exigente pretemporada, Gareth Bale, Casemiro y Toni Kroos redondearon un 0-3 que coloca al equipo de la capital dónde lo dejó, otra vez liderando la clasificación.

Sergio Ramos, para olvidar

El que tampoco vivió una noche para el recuerdo fue Sergio Ramos, que dejó muchas dudas sobre el césped en cuestiones futbolísticas y también en las arbitrales. El camero se salvó de la expulsión tras un manotazo a Fabian Schär, pero poco antes de finalizar el encuentro decidió rematar el domingo con un codazo, su segunda amarilla y una ristra de amargas quejas por la falta de permisividad del colegiado. Ver para creer.