Zinedine Zidane se marchó del Real Madrid en el verano de 2018 cuando nadie se lo esperaba y después de ganar una Champions League, la tercera seguida para él. Se dijo que el francés había visto síntomas de desgaste en la plantilla y que no estaba convencido de seguir a no ser que hubiese fichajes importantes en verano.

Florentino Pérez no fichó como debía, Cristiano Ronaldo también se fue y el Madrid fracasó estrepitosamente la pasada campaña. El presidente del conjunto merengue vio las cosas tan mal que llamó a 'Zizou' para que volviese a falta de unos pocos meses para el final. El galo aceptó, pero con condiciones. Quería plenos poderes para tomar todas las decisiones deportivas que los madridistas hiciesen.

Dicho y hecho. Zidane ha sido el encargado de pedir la mayoría de fichajes que han hecho los merengues y todavía quiere la guinda con Paul Pogba. También en el capítulo de bajas ha sido el técnico el encargado de ponerle el cartel de transferible a todos los futbolistas de la primera plantilla que no son de su agrado o que no cree necesitar para ganar títulos.

Por poner algunos ejemplos, Eden Hazard es la gran apuesta del francés para la delantera. Confía en que el belga sea la gran estrella que necesita el Madrid y cree que podrá sacar lo mejor de él. En principio, es una apuesta segura, ya que lleva muchos años siendo de los mejores de la Premier League y de los mejores del mundo.

También ha apostado por el fichaje de Ferland Mendy y la cesión de Reguilón. Zidane cree que el ya ex del Olympique de Lyon está más preparado que el canterano y ha ordenado gastar 50 millones de euros en él. 'Regui' saldrá cedido y el otro carrilero zurdo será Marcelo, con el que 'Zizou' se ha querido quedar. Una decisión comprometida, ya que el brasileño lleva dos años a un nivel muy bajo.

Apuesta por Pogba y bajas polémicas

Zidane quiere que el último fichaje que haga Florentino este verano sea Pogba. El galo cree que es la pieza que necesita para poder luchar por todos los títulos y para lograr hacer un equipo competitivo que se ajuste a su idea de juego. No es un fichaje sencillo y habrá que ver si los merengues logran cerrarlo, pero si llegase, lo haría por unos 150 millones. Mucho dinero para una apuesta que es solo suya y que podría traer cola si no saliese bien.

En cuanto a bajas, Zidane no está dejando a muchos aficionados contentos. Ha decidido traspasar a Marcos Llorente, con el que nunca ha contado. El canterano jugará en el eterno rival, el Atlético de Madrid. Tampoco quiere a Dani Ceballos, que sigue siendo una de las perlas de España. James Rodríguez, uno de los mejores mediapuntas del mundo, tampoco tiene sitio con él y saldrá. El galo prefiere a Isco, Asensio o Lucas Vázquez, que vienen de hacer un año nefasto en todos los sentidos.

En resumen, el entrenador madridista tiene claras sus prioridades y sus decisiones y está actuando como cree que es mejor. El problema podría llegar si las cosas no le salen bien y el Madrid no funciona. Todas estas decisiones podrían ser definitivas para empezar a cavar su tumba si todo se acaba torciendo.