El Sánchez Pizjuán volvió a recibir con pitos a Sergio Ramos

Este miércoles, después de que el FC Barcelona sucumbiera ante el Leganés, le tocó al Real Madrid sentir la desolación de la oportunidad perdida. Los hombres de Julen Lopetegui fueron vapuleados por un Sevilla que se hizo fuerte en casa y que consiguió ganar con dos goles de André Silva y otro de Ben Yedder.

En la visita del Real Madrid al Ramón Sánchez Pizjuán, Sergio Ramos volvió a ser uno de los claros protagonistas por ser recibido con pitos. El central andaluz suele ser abucheado cada vez que vuelve al que un día fue su estadio y por la que un día fue su afición. Parte de la afición sevillista todavía no le perdona su 'traición'.

El origen de esos pitos se remonta al verano del año 2005, cuando el defensa andaluz era jugador del Sevilla y presionó para marcharse al Real Madrid. Las malas artes utilizadas por el jugador, que en esa época tenía 19 años, para lograr el traspaso no gustaron a la afición hispalense, que no le recibe precisamente con cariño cuando vuelve a la que fue su casa.

Sergio Ramos, en el partido de el pasado miércoles, no fue tan abucheado como en ocasiones anteriores. Tal vez porque el Sevilla lo pidió mediante Twitter o, tal vez, porque el resultado era tan abultado a favor del equipo andluz que la afición se centró más en celebrar el baño de su equipo al Real Madrid que en pitar al capitán blanco.

Durante el partido, Sergio Ramos estuvo discreto, como prácticamente el resto de jugadores madridistas. El momento culminante fue un intento de chilena en el segundo tiempo que le salió mal y que le supuso las burlas de la afición del Sevilla por su fallo, pero lo más determinante fue que el central andaluz hizo aguas en defensa, como el resto de la zaga.

El Sevilla destrozó al Real Madrid

Media hora le bastó al Sevilla para demostrar que el FC Barcelona no es el único gigante en la UCI. El equipo hispalense destrozó al Real Madrid al contragolpe, dejando al aire las carencias de un equipo que pretende jugar en posesión pero que todavía no ha logrado obtener la solidez necesaria en defensa ni el acierto en ataque.