Neymar parece que no consiguió su objetivo de conmocionar a Brasil con sus lágrimas. El brasileño, que ya ha tenido bastantes episodios de conflictos y niñerías, ya no ablanda tan fácilmente el corazón de los aficionados brasileños. En el caso de los llantos tras ser preguntado por su situación en el Paris Saint-Germain, los medios de comunicación de su país pasaron de puntillas por la información.

Los medios de comunicación brasileños, según una investigación de Diario Sport, no han incluido en ninguna de sus portadas el show que montó Neymar. Ni en 'O Globo', de Río de Janeiro, ni en 'Folha de Sao Paulo', ni en 'O Estado de Sao Paulo', ni en 'Correio Braziliense' se ha puesto en primera página la llorera del delantero.

Está claro que Neymar ya no es aquel niño mimado al que se le podía pasar todo y que conseguía llamar la atención solamente con chasquear los dedos en el campo o en rueda de prensa. Más bien es un niño en el cuerpo de un adulto que ya no conmueve con sus llantos ni convence con sus salidas de tono.

Ya van demasiadas

La gente está descubriendo al Neymar real. Un Neymar que va por la espalda, que asegura estar feliz en los medios pero que negocia con otros equipos a escondidas. Un Neymar que abronca a sus compañeros cuando no hacen lo que él quiere (que se lo digan a Jordi Alba). Un Neymar que va con una sonrisa en la boca cuando le conviene, pero que cambia de puertas para dentro.

Tantas son las pruebas de que nada es lo que parece en el delantero brasileño, que la gente de fútbol ya le está tomando la matrícula. Neymar llora ahora como un niño lo que en su momento no supo manejar como un hombre.