La selección de Bélgica se impuso a Inglaterra en su último partido del Mundial de Rusia para obtener el tercer puesto del torneo. Los goles de Meunier en el primer tiempo y de Eden Hazard en el segundo fueron definitivos y dejaron sin título al equipo británico, que no fue capaz de revertir la situación inicial.

De este modo, la sorprendente selección de Roberto Martínez consiguió la medalla de bronce que, pese a que sabe a poco después del juego desplegado, no deja de ser un éxito para el equipo belga, que a dejado claras las señas de identidad de su juego y que ha conseguido su mejor posición de la historia.

Todo ello culminó con una nueva victoria ante la selección de Inglaterra. Decimos nueva porque ambos equipos ya habían sido rivales en este Mundial y, más concretamente, en la fase de grupos. En esa ocasión, ambos equipos ofrecieron un choque igualado del que los belgas salieron ganadores con un golazo de Januzaj.

En la segunda vez que ambos equipos se veían las caras en menos de un mes, los belgas volvieron a hacerse con la victoria y, esta vez, con la medalla. El juego vertical y el temible contragolpe propuesto por los 'diablos rojos' maniataron a Inglaterra que, pese a su historia, no pudo con los pupilos de Roberto Martínez.

En el primer gol, que llegó a los cuatro minutos de partido, los ingleses probaron de su propia medicina. Todo se originó en un saque en largo de Courtois peinado hacia adelante. El balón lo ganó Chadli por la banda izquierda que progresó antes de meter un centro al área que Meunier se encargaría de colar en el fondo de las mallas.

Eden Hazard senteció

En el tramo final de partido, concretamente en el minuto 82, Eden Hazard sentenció el partido. Kevin de Bruyne le metió un pase en profundidad a la estrella del Chelsea -perseguida por el Real Madrid- que se plantó solo delante de Pickford antes de definir a placer al palo corto. El gol mató el partido y definió la tercera posición del Mundial en favor de los belgas.