La selección española ha dado un paso de gigante hacia el Mundial de Rusia, dando una verdadera lección de fútbol a una Italia que no se reconoció en el Santiago Bernabéu. Julen Lopetegui lo intentó con una alineación marcada por peloteros, mezclando la juventud de Isco y Asensio con la veteranía de Silva e Iniesta, y la jugada no le pudo salir más redonda.

Porque aunque el del Barça no puede seguir la electricidad de sus compañeros, arropado por Koke y Busquets mostró una de las mejores versiones en las últimas semanas, contemporizando, repartiendo juego y dejando varios pases que dejaron solos a los atacantes de la 'Roja'.

Incluso el estadio del Real Madrid reconoció la gran tarea capitán azulgrana, brindándole una gran ovación cuando abandonó el terreno de juego en un gesto que el manchego agradeció a las pobladas gradas, a las que había lanzado elogios en los días anteriores al duelo, en los que pidió su calor para vencer a los italianos.

Aprobado justo

Los aficionados fueron protagonistas en la noche del sábado por algunas acciones a destacar y otras a olvidar, y es que además de Andrés Iniesta también salieron entre atronadores aplausos Isco y Marco Asensio, dos de los más destacados del encuentro.

La cara negativa, sin embargo, fue para Piqué, que a pesar de ser aclamado, en ciertas fases del partido tuvo que aguantar los inexplicables silbidos que le persiguen con la selección. Lo que puedo ser una actitud excelente, se queda en un aprobado justito.