No es que se esperara mucho fútbol de la primera seminal de esta decepcionante Eurocopa de Francia 2016, pero lo visto este miércoles sobre el verde hizo que más de uno abandonase su fe por el Dios del fútbol. Dos equipos, Gales y Portugal que jugaron a empatar durante todo el partido pero gracias a dos acciones aisladas los lusos acaban, sin comerlo ni beberlo, en la final del torneo.

La primera victoria de los portugueses llegó en el penúltimo partido de competición y se dio siguiendo el mismo guión de todo su campeonato anterior. Defensivos y sin desplegar el juego ofensivo por el que eran recordados hace años, los de Fernando Santos firmaron las tablas desde el inicio ante una Gales donde quedó demostrado que la verdadera estrella era Aaron Ramsey.

El futbolista del Arsenal se perdía el partido por sanción y su equipo moría a la hora de hilvanar jugadas con un Gareth Bale espeso y cansado. Tras una primera parte para el olvido, Portugal se encontró con un córner que aprovechó para hacer una jugada de estrategia. Guerreiro puso un centro perfecto al corazón del área donde aparecía un impoluto e inmaculado Cristiano Ronaldo para anotar el primero. Sería la primera jugada de peligro en la que aparecería y la última.

Tras el gol a Gales le vinieron las prisas y pocos minutos después, una contra los mató. Cristiano Ronaldo intentó chutar a puesta y su balón, que iba raso y desviado, encontró por fortuna la pierna de Nani para anotar el segundo y último tanto del encuentro. En tres minutos los lusos mataron un partido que posteriormente los británicos se verían incapacitados de, cuan si quiera, meter el miedo en el cuerpo a sus rivales.