Ha provocado varias discusiones y todavía hay algunas cuestiones por cerrar, pero ya hay noticias oficiales respecto a la Supercopa de España 2018. La Junta Directiva de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) se ha reunido este lunes, y el presidente Luis Rubiales ha hecho pública su decisión.

El dirigente ha confirmado que el torneo tendrá lugar el día 12 de agosto y que se celebrará a partido único, porque la falta de fechas disponibles ha hecho imposible cuadrar el habitual duelo a ida y vuelta entre el FC Barcelona, ganador de LaLiga y la Copa del Rey, y el Sevilla, subcampeón del torneo del 'KO'.

De la misma forma, también ha revelado que la idea es que tenga lugar en Tánger, aunque la sede todavía está pendiente de confirmación porque faltan unos permisos que debe conceder la FIFA. La justificación ha sido que el escenario aportaría un clima más adecuado para el encuentro -menos calor- y que respondería a las necesidades económicas de los clubes, ya que uno de ellos, sin detallar cuál, había pedido una compensación por la negativa a dividir la competición en dos compromisos.

Tras detallar cómo funcionará el reparto de entradas, ha reiterado que se valoraron alternativas como Valencia o Madrid, pero que tanto por condiciones climatológicas como, sobre todo, por motivos de recaudación, no cumplían con las exigencias. A la vez, ha argumentado que el día 5 no era posible para la ida por el convenio de la Asociación de Futbolistas Españoles con LaLiga, ya que los jugadores llegarían demasiado justos de las vacaciones que les tocan, y que el 19 lo descartó la misma Liga por coincidir con una jornada tan trascendente como la primera.

Tensión entre Barça y Sevilla por la Supercopa y los fichajes

A falta de que se pronuncien ambos clubes, la decisión unánime de la Junta de la RFEF pone fin a la discusión entre Barça y Sevilla, provocada por un calendario muy cargado por los compromisos de ambos equipos. Los andaluces entienen que los culés podrían haber anulado el amistoso de la gira previo al posible partido de ida del día 5, y los catalanes no están contentos con la intransigencia de los blanquirrojos en el cambio a un único partido, algo que beneficia en principio a ambas entidades.

Además, la tensión está en aumento por las negociaciones en el mercado, por el interés azulgrana en fichar a un Clément Lenglet al que no se pretende dejar marchar. La postura sevillista es que no habrá acuerdo alguno por el central francés, y que si en el Camp Nou le quieren la única solución será abonar la cláusula de rescisión.