Todavía tiene pendiente la resolución de la penúltima eliminatoria de Copa del Rey, pero el FC Barcelona ya observa de lejos como se acerca el retorno de la Champions League. En apenas unas semanas empezará los octavos de final con una visita a Stamford Brigde, y puede alcanzar a un Chelsea que está en plena crisis.

La prensa inglesa ha destapado las tensiones internas de los 'blues' por los conflictos de Antonio Conte con algunos de sus futbolistas y con los directivos. El enfrentamiento con la junta de Roman Abramovich tendría que ver con los refuerzos, y el magnate ruso ya estaría decidido a buscarle un sustituto de cara al próximo verano. 

"Desde verano el club ha decidido sobre cada jugador. Se han dado diferentes situaciones, a veces yo tengo impacto en ellas y a veces no. Seguro que yo no tengo un gran impacto en el mercado de fichajes", se lamentó el técnico hace pocos días, asegurando que la ausencia de relevos de garantías le está impidiendo hacer más rotaciones.

Además de haber quedado eliminado de la Carabao Cup (antigua Capital One Cup) y ver desde la distancia el dominio del Manchester City en la Premier, los problemas también aumentan respecto a las incorporaciones, ya que no acaban de concretarse los objetivos invernales y el Chelsea podría ser sancionado por la FIFA por irregularidades en los traspasos de futbolistas menores de edad. Se acumulan las urgencias.

El Barça, precavido

La situación en el Barça contrasta mucho con la de los londinenses, ya que poco a poco se ha recuperado de la marejada que amenazo con complicarle la campaña hace unos meses. Pese a todo, los azulgrana deberán gestionar muy bien sus esfuerzos, porque se les presenta un mes de febrero de máxima exigencia que desembocará en la Champions y acelerará en un tramo de la temporada en el que ya no valen los tropiezos.