Real Madrid y Manchester City completaron un partido muy diferente al de la semana pasada en el Etihad Stadium, pero con un final espectacular e impensado, con la enésima épica blanca de la temporada. La vuelta fue mucho más táctica, con los de Pep Guardiola buscando hacer daño con la presión alta y la ocupación de espacios en el primer tiempo y un equipo 'merengue' lanzado al ataque aprovechando la velocidad de Vinicius por la izquierda en el segundo tramo.

Los locales iniciaron muy enchufados el partido, presionando la salida 'cityzen' e intentando aplicar superioridad numérica en el centro del campo con la presencia de Luka Modrić y Federico Valverde detrás de Vinicius y Karim Benzema. Asimismo, la presencia de Casemiro le dio a los de Carlo Ancelotti mayor equilibrio para recuperar rápido y apostar al juego vertical, con lo cual Benzema tuvo una clarísima de cabeza apenas a los cuatro minutos de juego. 

No obstante, al francés le costó la definición como pocas veces en la temporada y en el 12' tuvo otra clara, pero remató mal de derecha. Después del minuto 20, el City se hizo con el control del balón, creando las oportunidades más claras del primer tiempo. Bernardo SIlva tuvo la más clara en el 20' con un potente remate que Thibaut Courtois sacó tirando de reflejos, con las manos bien firmes. El belga respondió nuevamente en el 40' atajando un disparo de Phil Foden cuando el partido lucía más trabado que nunca.

Con el 0-0 se fueron al descanso, dando la sensación de que los de Pep tenían todo bajo control. No obstante, el Madrid aprovechó un despiste del conjunto inglés tras el saque inicial del segundo tiempo. Pelotazo para Dani Carvajal, centro cruzado del lateral y Vinicius, solo, remató desviado. Los blancos repitieron la estrategia de primer tiempo y se lanzaron a ahogar la salida del City, pero los locales no encontraron solución en la definición.

Llegaron las variantes y se abrió el partido

Guardiola movió el banquillo en el minuto 72. Walker, lesionado, dejó su lugar a Zinchenko y Gündoğan ingresó por un instrascendente Kevin De Bruyne. Previamente, Ancelotti puso a Rodrygo por Toni Kroos y el Madrid cedió espacios en la medular, los cuales Gündoğan aprovechó para armar una estupenda jugada con Bernardo SIlva. El portugués habilitó a Riyad Mahrez, quien definió de primera fusilando a Courtouis. 73 minutos. Séptimo gol de Mahrez en el torneo, goleador de los ingleses; 0-1 y silencio en el Santiago Bernabéu.

A pesar de la ventaja, los locales no se conformaron y Pep puso a Jack Grealish por Gabriel Jesús. El '10' aprovechó el desconcierto de la zaga blanca y tuvo la sentencia en el 86', definiendo con un remate levemente picado ante Courtois, pero Ferland Mendy salvó justo sobre la línea. Y se vino el 90'. Y apareció la magia, la mística. Vaya uno a saber qué hay en el Bernabéu, pero se desató la locura impensada.

Locura en el final, enésima épica del Madrid

Los de Ancelotti parecían entregados, sin ideas, pero apareció Benzema y Rodrygo justificó su rol de suplente estelar. Camavinga, ingresado por Modrić en el 75', envió un pelotazo cruzado que bajó Benzema in extremis para que el brasileño fusilara a Ederson. 90 minutos, 1-1 y resurrección blanca. En la siguiente jugada, Carvajal se las ingenió para tirar un centro a la olla. Asensio, quien reemplazó a Casemiro, rozó levemente de cabeza y Rodrygo hizo el resto con otro testarazo al ángulo. 91 minutos, 2-1 y empate a 5 en el global.

El mismo Rodrygo tuvo la clasificación antes del final, pero Ederson achicó a tiempo. Con los visitantes en shock llegó el alargue y lo inevitable. Rúben Dias derribó a Karim en un despiste y el francés facturó su segundo penalti de la serie en el minuto 5 de la primera prórroga. 3-1. El City lo buscó hasta el final, pero ya no había lucidez ni físico para cambiar la historia. Otra remontada histórica, inexplicable, increíble. El Madrid jugará la final de la Champions ante el Liverpool en París. Así estaba escrito. Así debía ser.