La final de la Champions League en el Millennium Stadium de Cardiff era una noche grande, de las que sirve para coronar a los grandes jugadores del panorama mundial. Paulo Dybala llegaba como uno de los aspirantes a ser decisivo en la noche del sábado, pero tras un partido con pocas luces, el argentino se convirtió en víctima.

Muy lejos de la gran actuación que ayudó a los suyos a derrotar con solvencia al FC Barcelona, Dybala mostró con cuentagotas su calidad, dejando apenas unos destellos de las grandes condiciones que reune para el fútbol. El entramado defensivo madridista le superó en todo momento, y ni siquiera consiguió dejar su huella con algún remate a puerta.

Uno de los futbolistas más deseados del mercado europeo de fichajes acabó su noche de la peor manera, siendo sustituido y marchándose cabizbajo e impotente cuando el marcador ya reflejaba un 3-1 favorable al Real Madrid. Dybala todavía deberá esperar su ocasión.

Higuaín, otro perjudicado

Aunque llegaba muy motivado por enfrentarse a su ex equipo, otro de los que no pudo brillar en Cardiff fue Gonzalo Higuaín. El punta, que lo intentó con un potentísimo disparo que blocó Keylor Navas en dos tiempos, fue el autor del pase a Mandzukic que significó el empate a uno, pero se fue diluyendo en un encuentro en el que la Juventus no se encontró cómoda en ataque. La llegada del segundo tiempo enterró al de Brest, que sigue con una estadística negra en finales a un solo partido: nueve disputadas y sólo un gol anotado.