Raphinha, más ganas e intensidad que acierto y buen juego

Raphinha fue uno de los nombres propios del partido del FC Barcelona contra el Oporto, no por su acierto y el desequilibrio que podía generar en su regreso a la alineación titular, sino por la frustración con la que acabó el partido. Era una ocasión para que intentara desbordar constantemente por su banda y que se beneficiara de su velocidad y buen golpeo para 'noquear' al Oporto pronto, pero le faltó fortuna. 

El internacional con Brasil tuvo varias fases en el juego. Desde una presencia bastante floja y condicionada por sus decisiones, que no fueron las mejores, hasta intentar ser importante. Fue un jugador que, en muchos momentos, entendió qué necesitaba el equipo y fue capaz de amenazar al espacio, recibir abierto en amplitud para ser capaz de abrir espacios para 'impulsar' a Pedri González, pero en el último toque siempre falló. Una historia que ha repetido en más de una ocasión en esta temporada. 

Raphinha, sin acierto contra el Oporto

Y es que, aunque no se le puedan discutir sus ganas e intención, no fue su partido más brillante. Jugó 89 minutos, antes de dar entrada a Lamine Yamal, con cuatro remates al arco, tres de ellos bloqueados, y otro que se marchó fuera. Tuvo el gol en sus botas en oportunidades claras, pero esa última decisión y toque le condenó contra el Oporto, hasta el punto de que, más de una vez, a Xavi Hernández se le vio frustrado desde la zona técnica por sus acciones. 

En el apartado ofensivo no tuvo mucha suerte, pero una vez más se le vio muy sacrificado para ayudar en labores defensivas, como acostumbra, y no dudó en ningún momento en bajar para buscar el balón. Incluso en días en los que no está acertado, es un jugador que ayuda mucho al juego colectivo y que tiene una lectura de los espacios que le benefician a él y al resto de sus compañeros. En Montjuïc, en la primera 'final' de los catalanes en esta temporada, no fue la excepción.