Arthur Melo, pese a que empezó sin demasiadas oportunidades en el equipo, se ha hecho un hueco como titular indiscutible y ha saltado de inicio los últimos partidos de Liga y Champions League. La confianza que le ha otorgado Ernesto Valverde en las últimas semanas se ha ido renovando gracias al gran rendimiento del jugador.

Ante el Atlético de Madrid, el centrocampista brasileño volvió a dar una clase de serenidad y seguridad con el balón en los pies. Su dominio sobre cada situación hace que sus compañeros siempre vean en él una opción de pase, algo de lo que el equipo se beneficia aumentando su control sobre el juego.

Es cierto que, en el primer tiempo del partido en el Wanda Metropolitano, Arthur cometió un error importante al perder el balón en una zona peligrosa que pudo significar una ocasión de peligro para el Atlético de Madrid, pero el brasileño demostró personalidad y no se arrugó en acciones posteriores. Siguió jugando fiel a su estilo, sin complejos.

En el segundo tiempo, con el Atlético de Madrid por encima en el marcador, Arthur fue sustituido por Ousmane Dembélé, ya que el partido necesitaba agitarse con menos control y más dinamismo y desborde, pero no hay duda de que el ex del Gremio de Porto Alegre está siendo uno de los jugadores que más enamora al barcelonismo, en especial por su estilo de juego.

Su forma de manejar el balón recuerda a Xavi Hernández, una comparación a la que está siendo sometido en las últimas semanas. Lo cierto es que parece un futbolista hecho a medida para el club catalán, ya que domina todas las facetas clásicas de los centrocampistas de la Masia: el control, el pase al primer toque, la conducción, la visión de juego...

El punto débil de Arthur

Hasta el momento, solamente hay un punto negro en el juego de Arthur: las dificultades que tiene cuando el partido se convierte en un correcalles. Los encuentros de ida y vuelta no le benefician ya que, pese a que tiene anticipación táctica para recuperar balones, le cuesta mucho recular ante los contragolpes rivales. Nadie es perfecto.