Malcom llegó al Camp Nou el pasado verano procedente del Girondins de Bordeaux a cambio de 41 millones de euros. En su momento, Ernesto Valverde reconoció que se trataba de un fichaje de club en el que él no había intervenido, algo que tal vez influyó en las pocas oportunidades que el extremo acabó teniendo.

Según las informaciones publicadas por el diario Sport, el 'Txingurri' no ha escondido sus cartas y ha ido de cara con el jugador y con el club pidiendo su traspaso. Malcom seguirá sin contar con su plena confianza y su marcha sería la mejor opción. Además, a sus 22 años, el extremo quiere tener más minutos que los que ha tenido en la presente campaña y también vería su marcha con buenos ojos.

Además, hay que tener en cuenta que Antoine Griezmann y Neymar podrían ser los próximos refuerzos del equipo para la delantera, algo que le cerraría por completo las puertas a Malcom. No obstante, en el FC Barcelona tienen claro que tampoco están por la labor de 'regalar' a un futbolista que tiene margen de mejora y progresión

El club azulgrana desearía, como mínimo, recuperar los 41 millones de euros que invirtió hace apenas unos meses. No se descartan operaciones como la venta con opción de recompra o el traspaso con derecho de tanteo. Incluso una cesión sería bien vista por la entidad catalana, que considera que Malcom puede ser un jugador interesante para el futuro.

Malcom aceptaría marcharse

Malcom no ha jugado todo lo que esperaba cuando el FC Barcelona le contrató. El paulista ha participado en 24 encuentros, sumando un total de 1114 minutos, en los que ha podido marcar 4 goles, destacando los logrados contra el Real Madrid en Copa del Rey o contra el Inter de Milán en Champions League.

Su rendimiento le da cartel y en el club no descartan aceptar una buena propuesta, considerada a partir de los 50 millones de euros. Malcom sabe que tiene talento por explotar, además de la confianza de Tite, seleccionador de Brasil, que le tuvo en el Corinthians y que le podría convocar para la absoluta en caso de tener continuidad. Su marcha parece cantada aunque, para que se llegue a consumar, se deben cumplir los requisitos culés.