La familia de Andrés Iniesta no pasó un buen rato en Mestalla, durante el transcurso del Valencia-FC Barcelona el pasado sábado. En la primera mitad, una dura entrada de Enzo Pérez -quien tocó primero pierna y luego balón- trabó la rodilla del capitán manchego del Barça, quien se tiró al césped con visibles gestor de dolor, preocupando a todo el cuerpo técnico del club y a sus compañeros.

Desde el primer momento en que cayó al suelo pidió el cambio, al ser consciente de que se había roto. Pero, si el de Fuentealbilla sufrió durante el terreno de juego antes de que se lo llevaran en camilla -en mitad de una ovación de Mestalla-, también lo hicieron los familiares que se encontraban en las gradas animándole.

Su esposa, sus padres, su hermana y su cuñado estaban presentes en el campo del Valencia CF para presenciar la victoria del Barça, pero no pudieron disfrutar del encuentro como hubiesen querido por culpa de la lesión del "8" del Barça.

Sabedores de que se avecinaban malas noticias, "MD" asegura que los Iniesta acompañaron al futbolista a la Ciutat Esportiva del FC Barcelona al regreso de la expedición culé desde Valencia, apoyándole mientras le hacían pruebas médicas para conocer el alcance exacto de su lesión.

Algunos medios habían exagerado al afirmar que el ligamento cruzado podía estar afectado, y eso todavía preocupó más a los Iniesta, finalmente tranquilizados por las noticias de Ricard Prunal, el doctor del Barça, quien habló de "lesión parcial" del ligamento de la rodilla.

Al final, las 6-8 semanas de baja no se las quitará nadie a Andrés Iniesta, pero como él mismo dijo en un optimisa mensaje publicado en las redes sociales, "podría haber sido mucho peor". En 2017 estará listo para volver a competir, siempre y cuando no llegue a tiempo para jugar el Clásico contra el Real Madrid en diciembre, algo de momento improbable.