Así se fraguó el "descanso" de Messi ante el Atlético

Cuando Luis Enrique dio la lista de los once titulares el pasado sábado, a muchos les sorprendió tremendamente no ver a Leo Messi. Todo tenía una explicación y entrenador y delantero habían hablado antes para no arriesgar

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"¿Por qué no ha jugado Leo Messi de inicio?", fue la primera pregunta que le espetaron casi sin apenas tiempo para sentarse a Luis Enrique tras la victoria del FC Barcelona sobre el Atlético de Madrid en el Vicente Calderón. El entrenador, tranquilo e incluso sonriente por el buen partido de los suyos, dijo: "Hoy he hablado con Leo, es importantísimo y su estado es clave para que pueda jugar cuantos más minutos mejor. Es mejor que no arrriesgue. Le necesitábamos en la segunda parte".

Y es que a 'Lucho' la idea de dejar en el banquillo al mejo jugador del mundo ya le había venido días atrás. Leo ya había comunicado a entrenador y club que su compañera sentimenta, Antonella Rocuzzo estaba a punto de dar a luz. El día exacto, como suele pasar, no lo sabía, pero se intuía que podía ser el viernes que la expedición argentina (Messi y 'Masche') se incorporaban a los entrenos del primer equipo azulgrana.

Ante esto Luis Enrique habló con Messi y le preguntó como se encontraba tras la gira por Estados Unidos con Argentina. Éste le contestó que bastante cansado, a pesar de haber sido suplente en el primer encuentro ante Bolivia. Todas las horas de viaje y la cantidad de partidos acumulados en las piernas del crack rosarino comenzaban a hacer mella y había riesgo importante de romperse.

Es por ello que Luis Enrique trazó un plan. Pensó en Rafinha para ocupar el puesto del diez en el ataque. La misión del canterano sería desgastar a la defensa colchonera y ayudar mucho en el centro del campo, algo que también pudiese asfixiar a un equipo acostumbrado a ser muy físico. La siguiente parte sería introducir a Messi en el segundo tiempo si el equipo lo necesitaba. El argentino, más fresco que sus rivales, utilizaría su excelsa explosividad para acabar por matar a sus rivales.

Pero todo ello necesitaba del beneplácito de un Leo al que el técnico consultó el mismo sábado. El argentino le dijo que estaba cansado pero quería jugar, por lo que pactaron entrar en la última media hora de juego, para tratar de evitar un eventual infortúnio. Y finalmente todo lo planeado se cumplió a la perfección. Messi no se lesionó y le dio los tres puntos al equipo. Todos contentos y a celebrarlo en el domingo de fiesta. El lunes seguro que no habrá ninguna gastroenteritis inoportuna.