Después de la gran remontada ante el Paris Saint-Germain el pasado mes de marzo, todo el mundo creía que Luis Enrique seguiría apostando hasta final de temporada por el 3-4-3 que tan buenos resultados le fue dando. Sin embargo, en los últimos partidos clave el asturiano ha vuelto al clásico 4-3-3 y, a tenor de los resultados, parece que le ha convencido definitivamente.

Ese cambio puede deberse a diferentes claves, entre las que estaría la falta de hombres para formar una defensa convincente de tres hombres. Si bien "Lucho" ha mostrado mucha confianza en Mascherano, Piqué y Umtiti en la zaga, el no poder darles descanso dado que sólo está Mathieu como cuarto central ha significado abortar en los últimos tiempos esa idea. Pero también hay una clave que pesa por encima de todo: Jordi Alba debe jugar los partidos importantes.

Esta premisa, que parecía descartada tras su bajón físico, ha vuelto a ser tenida en cuenta dentro del equipo. EL de L'Hospitalet fue uno e los señalados tras caer 4-0 en París, y pasó de titular en partidos importantes a serlo en los demás encuentros. Sin embargo, llegó el partido ante la Real Sociedad donde los azulgranas debían responder a dos derrotas consecutivas (Málaga y Turín), y Alba respondió siendo uno de los mejores.

Jordi Alba, titular en los últimos duelos trascendentales

Su manera de entenderse con Messi, sus internadas por la banda y esos pases que cambian el juego desde el costado zurdo al diestro, le hicieron recuperar la confianza de "Lucho". Fue titular ante la Juventus en el Camp Nou y volvió a serlo en el Bernabéu, frente a un Real Madrid donde jugó un gran partido y acabó dando la asistencia del gol final de Messi.

Este sábado volverá al once, formando con el equipo de gala de este FC Barcelona que ya sueña con arrebatarle "in extremis" LaLiga a los blancos. Para ello deben de conquistar Cornellà-El Prat frente al RCD Espanyol. Con él su equipo gozará de mayor amplitud y posibilidades frente al conjunto blanquiazul, que claramente saldrá a defenderse.