Balaídos va camino de convertirse (si no lo ha hecho ya) en el nuevo Anoeta para los jugadores del FC Barcelona. Un lugar donde en las dos últimas temporadas los hombres de Luis Enrique han fracasado estrepitosamente. No se sabe bien si por falta de concentración, malos planteamientos o, quizás, por alguna fuerza extraña como las "meigas", como dicen los gallegos, pero los culés tienen este campo como maldito.

Allí donde se ganó un título de Liga hace justo diez años se ha convertido en una auténtica casa de los horrores para el barcelonismos. En los dos últimos encuentros disputados allí, el Barça ha salido escaldado en ambos. Un total de ocho goles recibidos y cuatro anotados son testigo de ellos.

Dichos tantos se reparten, de forma equitativa, entre uno y otro partido. El de la temporada pasada fue, quizás, más humillante dado que el resultado final reflejó un cuatro a uno incontestable que tras ver lo que se vio sobre el terreno de juego pareció excesivo. Con la "MSN" sobre el terreno de juego fallando lo infallable, los blaugranas salieron escaldados del estadio celtiña y se prometieron que no volvería a suceder.

Sin embargo, doce meses después se volvieron a repetir muchas cosas. Tres goles en diez minutos (del 23 al 33 del primer tiempo) ponía el marcador con un tres a cero favorable para los vigueses en la primera mitad. Duro varapalo para un equipo que pagó excesivamente los errores de Sergio Busquets y Arda Turan. En el segundo tiempo hubo intento de remontada que quedó abortado por una pifia de Ter Stegen. ¿Otra vez las meigas jugando al fútbol? Quién sabe, lo que queda claro es que al Barça no le sienta nada bien visitar Vigo en los últimos tiempos.