El Barça está en transición: claves para seguir confiando en el equipo

Las derrotas ante el Cádiz, en LaLiga, y frente a la Juventus, en la Champions League, en la que el FC Barcelona cedió el primer puesto del grupo y ahora se encuentra en una situación más que complicada de cara al sorteo de los octavos de final, no han dejado al equipo blaugrana en una posición muy positiva, pero aún hay razones para continuar confiando en un equipo que actualmente está en construcción y que en los próximos meses, con varios cambios importantes, podrá recuperar su mejor versión. 

El Barcelona no tiene un presidente, después de la dimisión de Josep María Bartomeu en octubre, y son muchas las decisiones que no se pueden tomar desde la Comisión Gestora encargada de dirigir al club hasta las elecciones presidenciales del próximo 24 de enero. Aunque puede parecer un aspecto únicamente institucional, el efecto recae en el equipo: no hay salidas ni posibilidades de fichajes hasta que el próximo presidente, sea quien sea, asuma su cargo. 

El tema económico, que debería mejorar con salidas en el mercado invernal, es otro aspecto que puede ayudar al club a recuperarse. Ronald Koeman, a su llegada al banquillo del Camp Nou, pidió dos fichajes que el equipo no fue capaz de conseguir y rebajando la masa salarial, seguramente puedan conseguirse en enero, o al menos uno de ellos (Memphis Depay es el que más tiene posibilidades). 

El estado anímico del vestuario

En las últimas semanas, se ha discutido la ambición y calidad de los jugadores blaugrana, pero es un aspecto que está en construcción. No es un secreto que el vestuario culé está dirigido por los pesos pesados del equipo, los jugadores más veteranos, pero también es cierto que dos de ellos, Gerard Piqué y Sergi Roberto, están lesionados y poco pueden hacer para aportar a un grupo que, a día de hoy, no parece unido.

En el campo, el equipo -colectivamente- ha perdido mucha fuerza y han sido acciones individuales (como la de Jordi Alba en Cádiz), lo que ha intentado sacar a flote al cuadro en los encuentros, así como los repetidos remates de Leo Messi en el partido ante la Juventus que no tuvieron éxito. El ánimo de los jugadores influye muchísimo en el terreno de juego y, mientras no se sientan importantes, su rendimiento no va a ser determinante en el campo, como el 'Caso Griezmann', que cuando le acompaña Messi, siente que pierde protagonismo en el partido y su nivel sufre un bajón. 

El futuro de Messi, determinante

El momento que se vive con Messi es una de las claves para el futuro inmediato del Barça. En enero conoceremos si el astro argentino decidirá quedarse o no en el Camp Nou. Hace unos meses, estaba convencido de que quería marcharse del Barcelona y permaneció sólo porque no quería ir a los juzgados con el equipo que le ha visto convertirse en el mejor jugador del mundo.

Su decisión será determinante. Si termina quedándose, por voluntad propia, la apatía que ha mostrado en algunos partidos debería desaparecer por completo. En ello, tendrá mucha influencia quien gane la presidencia y se siente a negociar con el argentino. Por el contrario, si Messi termina marchándose, también será determinante, porque el equipo armará un proyecto sin él, que hasta el momento ha tenido resultados positivos, cuando el capitán ha descansado. 

 La influencia de los jugadores más jóvenes

En el comienzo de temporada, con Ansu Fati en su mejor nivel, el Barça invitaba a soñar. Con 18 años, el delantero culé se convirtió en uno de los jugadores más importantes del equipo y su influencia, sobre todo de cara al arco, era evidente. Con su ausencia, por lesión, el Barcelona ha sufrido, pero cuando le recupere el año que viene, la historia puede cambiar. 

Pedri, por su parte, ha sido la gran revelación de lo que va de campaña. Es impresionante como un futbolista tan joven y que apenas va llegando a Can Barça se ha convertido en una de las piezas más claves del equipo. Su talento y calidad es innegable. El mismo caso es el de Sergiño Dest. Con la baja de Sergi Roberto, el lateral estadounidense no ha decepcionado, a pesar de los resultados negativos del equipo.

Con los más jóvenes, aunque demuestran un gran nivel, hay que tener paciencia. Necesitan asentarse a un equipo que, hasta hace poco, estaba comandado por un grupo de jugadores veteranos que superaban, todos, los 30 años. La juventud ahora está teniendo un papel protagónico en el equipo y sólo hay que darle un poco de tiempo para que se vean los grandes resultados de confiar en las jóvenes promesas del fútbol.