El derbi catalán del sábado 3 de enero no será un partido más. Más allá de la rivalidad histórica entre Espanyol y FC Barcelona, el foco estará puesto en un nombre propio: Joan Garcia. El guardameta azulgrana regresará por primera vez al RCDE Stadium defendiendo la portería del Barça, un escenario cargado de tensión que ha obligado al club local a activar medidas especiales de seguridad.

El encuentro de la jornada 18 de Liga, primero del año para ambos equipos, está catalogado como partido de alto riesgo. En el Espanyol existe una preocupación evidente por la reacción que pueda tener parte de su afición hacia quien fue su portero y ahora es rival directo en un derbi siempre imprevisible.

Dispositivo de seguridad reforzado para un Espanyol-Barça de alto riesgo

El derbi catalán contará con un aumento significativo del número de efectivos de seguridad. Tanto los Mossos d'Esquadra como la seguridad privada incrementarán su presencia, especialmente en las zonas próximas a las porterías.

Aunque el dispositivo definitivo aún está pendiente de concretarse, la intención es ejercer un mayor control sobre la grada y actuar con rapidez ante cualquier comportamiento incívico. En el Espanyol son conscientes de que cualquier incidente podría tener consecuencias disciplinarias inmediatas.

Redes gigantes para proteger las porterías en Cornellà

Una de las principales medidas que se barajan es la instalación de redes de gran tamaño detrás de ambas porterías. Se trata de un recurso poco habitual en el estadio del Espanyol, pero que se considera necesario para disuadir posibles lanzamientos de objetos hacia el guardameta del Barça.

La previsión es colocar estas redes tanto en la portería situada frente a la Grada Canito, donde se concentra el sector más caliente de la afición perica, como en la portería del Prat. El objetivo es reducir cualquier riesgo y garantizar que el partido pueda desarrollarse sin interrupciones ni incidentes graves.

El temor del Espanyol a una sanción ejemplar

En el club blanquiazul no se esconde el temor a una posible sanción. Existen precedentes recientes que pesan en la memoria, como la invasión de campo producida hace dos temporadas y media tras la celebración del título de Liga del Barça en Cornellà, un episodio que ya provocó el cierre parcial del estadio.

Una reincidencia podría derivar en el cierre parcial o incluso total del RCDE Stadium. Por ello, el Espanyol lleva semanas trabajando de forma preventiva para que el regreso de Joan Garcia no se convierta en un problema institucional y deportivo de mayor alcance.

El derbi del 3 de enero será, por tanto, una prueba de madurez para todos: para la afición, para los clubes y para un Joan Garcia que vivirá uno de los partidos más exigentes de su carrera, ahora defendiendo los colores del Barça en el estadio donde se formó.