Ousmane Dembélé es un jugador rápido, eléctrico, que encara, que vuelve locas a las defensas rivales y que marcó goles muy importantes en la pasada temporada. Un futbolista extraordinario que se ha visto lastrado por las lesiones y por una personalidad que a veces le ha jugado malas pasadas... Y que le habría ocasionado un preocupante problema en el vestuario.

Según las informaciones publicadas por Mundo Deportivo, Dembélé no tiene 'feeling' con las 'vacas sagradas' del vestuario culé. De hecho, dicho rotativo, asegura que su actitud le ha hecho "ganarse en el vestuario fama de despistado y pasota" y que "no ha logrado seducir a los líderes de la caseta". La disciplina de los 'pesos pesados' culés parece que no acaba de casar con el extremo francés.

De hecho, algunos de ellos, como Gerard Piqué o Luis Suárez, le han dado un toque públicamente por su actitud. Pese a ser un jugador talentoso y con mucho futuro, tal vez le falta dar un paso adelante para adquirir una actitud más responsable. Pese a que algunos rumores hablan de su posible traspaso, en el club catalán se confía plenamente en sus condiciones.

Dembélé es como es... pero vale la pena mantenerle

Tras una primera para olvidar -algo en lo que su grave lesión también influyó- era complicado ver a Dembélé como uno de los jugadores clave de la plantilla. Muy criticada fue su actitud de ir a la suya, de llegar tarde a los entrenamientos, de comer mal y de quedarse despierto hasta altas horas de la madrugada. 

Dembélé vive en su mundo, es su personalidad y no la vamos a cambiar, pero eso no siempre es malo. En el terreno de juego poco le importa fallar un regate, un tiro a puerta, un pase... o que su equipo juegue mal. A la siguiente jugada, ya lo ha olvidado todo y lo vuelve a intentar, con insistencia y sin ningún complejo.

Meses atrás, fue muy criticado por su forma de ser, pero tampoco le importó. Volvió a responder con goles y jugadones... y yendo a la suya, por supuesto. Anda que no se le echó de menos en Anfield contra el Liverpool... Dembélé es Dembélé. Puede gustar más o menos su forma de ser pero, si se quita de encima el lastre de las lesiones, puede hacer historia en el Camp Nou.