El FC Barcelona está consiguiendo tener un gran inicio de temporada en el que, pese a que el juego no va todo lo rodado que gustaría -hay que tener en cuenta que apenas se ha podido hacer pretemporada- los resultados están acompañando. De los tres partidos oficiales disputados por los culés, en los tres se ha obtenido la victoria.

Sin embargo, si empezamos a analizar, nos damos cuenta que hay un aspecto del juego que hace que el FC Barcelona se convierta en un equipo mucho más letal: su gran efectividad en los segundos tiempos. Hasta el momento, prácticamente la totalidad de los goles han llegado después del descanso: cinco de los seis tantos marcados.

Todo empezó en el partido de la Supercopa de España contra el Sevilla. El equipo hispalense se adelantó en el marcador gracias a un gol de Pablo Sarabia. Fue entonces cuando Gerard Piqué marcó el único tanto culé en un primer tiempo en la presente campaña. Ousmane Dembélé machacó con un golazo en el tramo final.

Ante el Deportivo Alavés en la primera jornada de LaLiga, el gol no llegó en el primer tiempo, pero en el segundo sí llegaron los tres que dieron la victoria. Leo Messi se encargó de marcar dos y el otro fue de Philippe Coutinho. Hasta después del descanso no se destapó la efectividad culé.

Algo así pasó en el partido de este sábado contra el Real Valladolid. El FC Barcelona rondó la portería de Jordi Masip durante todo el primer tiempo y con ocasiones claras. No obstante, y como ya es costumbre, el gol no llegó hasta que se atacó en la portería contraria. Volvió a ser obra de Dembéé, en el minuto 58. 

El Barça, como en la pasada temporada

Los grandes resultados del FC Barcelona de Ernesto Valverde la pasada campaña se debieron a una gran mejoría del equipo, especialmente en los tramos finales de los encuentros. El Barça ya agarró esta costumbre en la 2017-18 y lo está volviendo a hacer. Un vicio peligroso pero que, de momento, está funcionando bien.