Antoine Griezmann era el elegido del FC Barcelona. Lo era desde el año pasado, cuando el club azulgrana quiso ficharle pagando su cláusula (que en ese momento era de 100 millones de euros) pero se encontró con el desplante del jugador. Esta vez, el francés no ha querido dejar escapar otra oportunidad y ha fichado por los culés, que tienen fe ciega en él.

Por su rendimiento con el Atlético de Madrid y con la selección de Francia, Griezmann se ha ganado a pulso el hecho de que en Can Barça estuviesen obsesionados con su llegada. Su enorme talento, su capacidad de asociación y, sobre todo, su olfato goleador pese a no ser un delantero centro nato han hecho que se le viese como imprescindible en el Camp Nou.

El francés se ha apuntado 133 tantos en 257 compromisos como rojiblanco, lo que se traduce en un gol cada dos partidos (su media es de 0,51 goles por encuentro). Además, completa sus estadísticas con 50 asistencias en el mismo periodo, y con 30 dianas más en sus 73 participaciones con la selección absoluta de su país, con la que incluso se ha proclamado campeón del mundo.

Todas estas estadísticas ponen de manifiesto la importancia adquirida por Griezmann en sus equipos. Marca un gol cada dos partidos y es un futbolista generoso e inteligente, que sabe cuando debe ceder una asistencia. Por eso gusta tanto en el Camp Nou, donde se buscan jugadores de enorme talento individual pero que hagan equipo y sean solidarios.

Lo mejor es que Griezmann maneja muchos registros rematadores en su juego. Pese a ser zurdo, también sabe usar la derecha para definir, así como la cabeza, pese a no ser un jugador demasiado alto (175 centímetros). Es muy efectivo en el uno contra uno con el portero, así como en los tiros de media distancia. A demás, se mueve con inteligencia entre líneas, con grandes desmarques.

La mejor posición para Griezmann

Antoine Griezmann es un jugador versátil y polivalente, que puede jugar en cualquier posición de ataque, tanto en las bandas como en el centro. Sin embargo, el rol en el que se ha sentido más cómodo y que le ha permitido sacar todo su potencial es el de mediapunta, acompañando un delantero centro fijo. Algo que en el Barça tendrá complicado.