El capitán del FC Barcelona contra el Málaga, Sergio Busquets, hizo gala de "fair-play" cuando el Barça estaba buscando con más ahínco el gol de la victoria, en el minuto 85. El centrocampista de Badía envió un balón a fuera de banda para devolvérselo al conjunto andaluz, que lo había enviado directamente fuera justo antes para que uno de sus jugadores fuese atendido por los servicios médicos.

Lo más probable -y lo que todo el público del Camp Nou pensó- es que ese jugador misteriosamente renqueante estuviera haciendo cuento para perder tiempo, pero a pesar de todo, y de que el Barça necesitaba más que nunca el gol para obtener los tres puntos, Busquets puso por delante de todo el juego limpio y optó por devolver el balón al Málaga.

De hecho, se produjo una situación curiosa dado que algunos de sus compañeros parecieron perplejos sobre el césped, llegándole a pedir explicaciones. El Barcelona siguió apretando e intentó marcar durante los minutos posteriores, aunque sin suerte.

Muchos aficionados del Camp Nou no se tomaron del todo bien la decisión de "Busi", aunque cabe recalcar que, si el Barça acabó empatando el partido, no fue ni mucho menos por culpa de esa acción, sino porque los culés no fueron capaces de meter el balón dentro de la portería durante los 85 minutos anteriores. Por fortuna, y a pesar de los clamorosos errores arbitrales, los jugadores culés hicieron autocrítica justo después del partido.