A su llegada al FC Barcelona, Ernesto Valverde dejó muy claro que la plantilla era demasiado amplia para su gusto, y después de varios mercados muy movidos, tiene un vestuario remodelado, más potente y más corto que hace unos meses. Pese a que los futbolistas con los que cuenta serán los que se jueguen la temporada, en verano volverán algunos de los cedidos, y hay varios casos importantes que resolver.

Más allá de deshacerse de descartes como Douglas o decidir sobre el futuro de Munir, el conjunto catalán debe abordar un tema tan importante como la continuidad de Sergi Samper, que tenía una gran oportunidad en su nueva cesión y ha visto como todo se ha ido torciendo hasta obligarle a empezar de cero.

La ilusión que mostraba cuando llegó a la UD Las Palmas se ha ido apagando por la falta de minutos y aún más por unas lesiones que han dado un golpe importante a su carrera. Si primero quedó apartado por unos problemas musculares, la llegada de Paco Jémez no le supuso un alivio, porque en sus primeros partidos con el nuevo entrenador ocurrió lo peor: "Fractura maleoloperoneal y del ligamento lateral interno del tobillo izquierdo", un percance que se traducirá en cuatro meses de baja.

Valorando opciones

La situación del catalán es complicada, porque no acabó de hacerse un hueco en el primer equipo y porque ahora ha visto como su préstamo también ha quedado cancelado. Su primera intención es volver a su máximo nivel, y una vez lo consiga, valorará cuál es el camino a seguir, ya que la medular es una zona muy poblada y en la que, además, se esperan refuerzos.

En este sentido, tendrá mucho que decir Ernesto Valverde, que podría encontrarse al centrocampista en la pretemporada y decidir si es un jugador válido o debe volver a salir. Se activará entonces un mecanismo que al Barça ya le empieza a ser conocido, ya que deberá elegir si cede, vende o rescinde. El barcelonés tiene claro que su deseo es triunfar como azulgrana, pero a sus 23 años, su mayor aspiración es jugar. Le toca esperar.