Arturo Vidal es un futbolista llamado a ser importante para el FC Barcelona debido a que en la actual plantilla no hay un jugador de características semejantes. En ciertos partidos, tener a un jugador guerrero y rocoso, como lo es él, puede convertirse en algo importante, del mismo modo que aprovechar sus llegadas desde segunda línea.

El barcelonismo está acostumbrado a ver a futbolistas muy técnicos como los que ya marcaron época en su momento como Xavi Hernández o Andrés Iniesta. Por ello no es de extrañar que se apueste por jóvenes como Arthur Melo o Riqui Puig, que marcan un mismo estilo de fútbol. Entre ellos, no obstante, el chileno puede ser clave.

En el glorioso Barça de Pep Guardiola podíamos encontrar, entre tanto jugador técnico, con un centrocampista como Seydou Keita, de perfil físico, llegador y recuperador de balones. Para el actual equipo de Ernesto Valverde, este futbolista es Arturo Vidal, que llega con el cartel de futbolista con experiencia en los mejores equipos de Europa.

Es cierto que el ex jugador del Bayern de Múnich todavía no ha sido titular en ni un solo partido. Pero también lo es que es el único de los cuatro fichajes del FC Barcelona en este verano que ha tenido minutos en los tres partidos oficiales. Las segundas partes son del 'Rey Arturo', un jugador que es clave para el Txingurri.

Arturo Vidal, el escudo de Valverde

El gran motivo por el que el técnico extremeño cuanta siempre con el chileno es precisamente el hecho de ser un jugador distinto al resto, que aporte la garra y la capacidad de presión que tal vez no tengan jugadores más técnicos. Tanto en el partido de Supercopa de España ante el Sevilla como en los de LaLiga frente al Alavés o al Valladolid, ha saltado al campo para aportar fortaleza al centro del campo.

En otras palabras, Arturo Vidal es usado como un escudo o como un cerrojo para Ernesto Valverde cuando el Txingurri quiere defender un resultado. Las veces que él ha saltado al campo ha actuado como interior derecho demostrando una gran lectura táctica del juego para robar balones, aunque también una técnica depurada en el pase para no perderlos.