Desde hace unos partidos que Paulinho Bezerra no es el mismo del principio de temporada. Después de que el club recibiese muchas críticas por parte del barcelonismo por incorporar a un jugador de 29 años por 40 millones de euros, muy alejado de ser la gran estrella que se esperaba para relevar a Neymar, el centrocampista brasileño deslumbró por su rendimiento a principio de temporada.

Paulinho aportaba goles y un despliegue físico que se traducía en presencia ofensiva y defensiva. No obstante, esto está cambiando en las últimas semanas. El brasileño no está ni tan fresco ni tan acertado como en sus primeros meses en el Camp Nou, algo que ha ocasionado un problema importante a Ernesto Valverde para formar su once de gala.

La explicación del bajón de Paulinho es bastante lógica: llegó al FC Barcelona después de realizar la temporada con el Guangzhou, por lo que, en el momento de su desembarco en el Camp Nou, estaba con un ritmo total de competición, incluso superior al resto de la plantilla, que apenas había realizado la pretemporada.

Sin embargo, en este momento, Paulinho está sufriendo las consecuencias físicas del desgaste que llevan sus piernas. Lo que en su llegada se convirtió en una ventaja, ahora le ocasiona una sobrecarga de minutos que hacen que no pueda rendir al mismo nivel. Y más tratándose de un jugador que destaca por su físico, más que por su técnica.

La solución para Paulinho

Lo que está claro es que el FC Barcelona tiene que recuperar físicamente a jugadores como Ousmane Dembélé o el propio Paulinho para tener un tramo final de temporada exitoso. Sería prudencial que el centrocampista brasileño descansase en los siguientes partidos para dejar que recupere el tono físico que tenía al principio de temporada. Sus llegadas de segunda línea fueron vitales, por lo que el hecho de que vuelva a ese nivel, también lo será.