El empate contra el Benfica también dejó razones para ilusionarse

El FC Barcelona​ no pudo ganar al Benfica este pasado martes y se complicó la vida de cara a su objetivo de llegar a octavos de final de Champions League. Los culés se la van a jugar contra el Bayern de Múnich en Alemania y probablemente van a tener que sacar los tres puntos de allí para pasar a la siguiente ronda. Será una misión muy complicada, pero posible viendo la mejoría del equipo en este último encuentro.

Pese al resultado, las sensaciones que dejó el Barça fueron más que positivas en líneas generales. El sello de Xavi Hernández pudo verse desde el primer minuto de juego y los barcelonistas tuvieron tramos en los que dominaron el duelo a su antojo, tuvieron ocasiones y casi no sufrieron atrás. El propio entrenador egarense, de hecho, se mostró satisfecho por la actuación de los suyos contra el conjunto portugués cuando habló en rueda de prensa.

"Hemos sido muy superiores al Benfica. Si hubiéramos metido un gol nos hubiese sabido a partidazo. Creo que hemos jugado muy bien. Es el Barça que queremos, la idea la van cogiendo. Aunque tenemos que ser más eficaces, hemos hecho un gran partido", apuntó el de Terrassa. En solo dos encuentros y un par de semanas de entrenamientos, el ex del Al-Sadd ya ha cambiado cosas y su equipo dejó detalles de lo que puede llegar a ser con tiempo y trabajo.

La primera gran noticia del Barça en el duelo de este pasado martes fue la intensidad con la que salieron todos los jugadores. Del primero al último, todos salieron al campo comprometidos y con ganas de hacer las cosas bien. La presión en la primera media hora fue fantástica y el Benfica casi no pudo tocar la pelota. Todos los futbolistas fueron como 'pirañas' y dejaron atrás definitivamente la indolencia con la que a veces se salía al campo con Ronald Koeman.

Además, desde el minuto uno se vio que el equipo salió con las ideas muy claras sabiendo qué había que hacer tanto con pelota como sin ella. La presión, tal y como se ha mencionado, fue buena hasta que la gasolina aguantó, y con el balón hubo muchísimo movimiento por parte de todos. Cambios de posiciones, desmarques de ruptura, paredes... Antes del bajón, que llegó pasado la media hora, el Barcelona realizó todo lo que quiere su entrenador. En la segunda parte, con la entrada de Ousmane Dembélé, las buenas sensaciones se recuperaron, aunque fue un fútbol menos dominante sin duda.

Hay motivos para ilusionarse

Todos los jugadores que hablaron tras el partido, de hecho, dejaron claro que con Xavi sí saben a lo que juegan y que eso es algo importante a lo que todos se agarran. Aún hay mucho que mejorar en todos los aspectos, sobre todo en defensa, donde el Barça dejó muchos espacios. Sin embargo, hay un buen arquitecto a los mandos y hay futbolistas con mucho talento, futuro y ganas de comerse el mundo. Por todo ello, hay razones para ilusionarse a pesar de que los culés tengan complicado su pase a octavos.