Ernesto Valverde se está ganando al vestuario día tras día. Una persona cercana, que opta por el diálogo para comentar cualquier aspecto relacionado con el juego y va de cara. Eso le gusta a los jugadores, que desde el primer día vieron de qué palo iba el 'Txingurri'. Y claro, le hacen caso y los resultados van llegado progresivamente.

Olvidada ya la Supercopa de España, el Barcelona respira ahora un ambiente de optimismo generalizado que tiene una justificación. Valverde está sabiendo rotar, está recuperando la versión más efectiva de Messi y este sábado demostró que también puede cambiar el rumbo de un partido con sus cambios. Valverde vio que Iniesta no estaba bien e introdujo a Denis Suárez -el año pasado era Gomes antes que él-.

Y el gallego fue seguramente el mejor de la segunda mitad, no sólo por su gol, sino por cómo fue capaz de cambiar la velocidad de juego del equipo. Valverde decidió después meter a Paulinho, que en 13 minutos hizo de todo y le dio los tres puntos al conjunto azulgrana. Todas las decisiones fueron acertadas y el Barça no falló en el Coliseum Alfonso Pérez.

Así pues, podríamos afirmar sin ningún tipo de rubor que Valverde fue uno de los protagonistas del triunfo del Barcelona en Getafe. Y cabe añadir que hasta ahora todos los movimientos que ha ido haciendo en cada partido han sido lógicos y positivos para el rendimiento del equipo.

Amoldarte al rival

Valverde tiene un estilo de juego muy claro y que no difiere mucho del que se lleva practicando hace años en Barcelona. A diferencia de Luis Enrique, el equipo tiene las líneas más juntas, lo que permite ver más control de la posesión. Pero el 'Txingurri' también sabe leer cuáles son las habilidades del rival, por lo que trata de minimizarlas con planteamientos o ajustes concretos. Eso también da partidos.