El FC Barcelona estuvo cerca de los 18 mil socios abandonados al Estadi Lluís Companys para esta temporada de transición del equipo azulgrana en la montaña ante los trabajos de remodelación del Spotify Camp Nou, que se extenderán en su primera etapa hasta el próximo mes de noviembre. Sin embargo, esa cifra estuvo muy alejada de los pronósticos del club, algo que la semana pasada abrió la posibilidad para los que sí mostraron su apoyo recibirán un premio, y por lo tanto los que no, un 'castigo'.

Así lo mostró la vicepresidenta Elena Fort en unas declaraciones en las que se entendía que la directiva tiene decidido garantizar la prioridad a los abonados de Montjuïc en el retorno al Camp Nou. Fort afirmó que las 17.552 personas que se abonaron para este curso tendrán asiento asegurado cuando el equipo vuelva al Camp Nou, el cual tendrá en principio una capacidad para unas 60.000 personas. Pero la realidad es que la intención es loable es injusta e impugnable desde el punto de vista legal.

El Barça no puede permitirse comenzar una 'guerra' con una gran parte de sus socios

Y es que el proceso de asignación de los nuevos abonos del Camp Nou, hasta que no vuelva a la máxima capacidad, se tiene que realizar garantizando los mismos derechos para todos los socios. Todo lo que no sea así, y se cambien las reglas a medio partido, se podrá impugnar en los juzgados. Y como bien sabe el club azulgrana, el socio demandante tendrá la razón al no haber recibido una notificación de que no abonarse en este proceso de transición podría ser castigado de alguna manera.

Así lo señala 'Mundo Deportivo' este viernes, destacando que los socios que no se apuntaron a Montjuïc, no sabían entonces que se podría premiar a los inscritos garantizándoles butaca en el retorno, ya en la temporada 24-25. El criterio de asignación del club no puede ser arbitrario, castigando o premiando, en función de si diste o no apoyo al equipo en el Lluís Companys, por lo que la medida parece prácticamente descartada.