Después de algunos meses de dudas, Andrés Iniesta selló su futuro con una renovación de por vida con el FC Barcelona, justo el mismo día que su padre, José Antonio, cumplía 57 años. Ambos han sido protagonistas de nuevo, ya que la revista del club les ha juntado para una entrevista muy especial, en la que han repasado de manera muy personal la llegada del '8' a la Masia.

"Han pasado 21 años y no es algo que piensas cada día, pero sí a veces, cuando estás solo... Sí piensas que fueron momentos muy complicados porque era muy pequeño, porque era el pueblo y estábamos siempre juntos, porque yo allí lo tenía cerca cada día, lo llevaba al entrenamiento, los domingos le veía jugar... Cuando se toma este paso de venir empiezas a pensar que esto se acaba y que ya no lo disfrutarás", empieza José Antonio.

"Cambié estar con mi hijo para que estuviera en el mejor lugar para progresar"

"Lo que pasa es que siempre hay una compensación. Era el fútbol, si hubiera sido otra cosa no habría movido ni el esparto, pero el fútbol era mi pasión desde siempre. Cambié estar con él para que creciera, que tuviera más competitividad, para que consiguiera lo que quería y para eso debía estar aquí, en el Barça. Cambié disfrutar de él a sufrir por él porque no lo podía tener. Lo que me sacó la pena que podía tener es pensar que aquí era el mejor lugar para progresar", señala.

Respecto a su mujer, María, comenta: "Ella sufrió más que yo, porque yo lo compensaba con el fútbol, pero su madre era madre, y lo veía como madre. Ella nunca tuvo un 'no' en nada de esto, y podría haberlo hecho, podría haber dicho 'mi hijo no se va, que yo quiero tenerlo aquí', pero allí estuvo ella siempre apoyándome. Todas las decisiones que tomé se hicieron porque tuve una mujer a mi lado, y él una madre, que nos apoyó siempre. Pero yo no lo obligué nunca a venir".

Y Andrés lo corrobora. "Si hubiera tenido una mentalidad de decir no voy, aunque me hubieran obligado, habría durado dos días aquí. Después de hablar mucho con él, sabía que lo que me pudiera decir mi padre era el mejor para mí. Esto siempre lo he tenido claro. Incluso con 12 años", asegura.

Un proceso hacia el éxito

José Antonio presume de que por encima del fútbol, su hijo es un logro enorme: "Mi hijo es un niño como aquel que vino a Barcelona, pero con 21 años más. Estoy muy orgulloso de como es. Este es el trofeo más grande que nos quedará en esta vida, que sea como es, como era como criatura, que sea tan familiar y tan buena persona, eso es lo que queda para siempre. En el fútbol lo haces mejor, lo haces regular o no gustas tanto; hay muchos logros, se disfrutan, pero son momentos y eso pasa. Pero lo que no pasará nunca, lo que le quedará toda la vida que tiene por delante, es lo que lleva dentro y lo que ha de dar a la sociedad. Lo que te queda es que tienes un buen hijo".

Y también analiza sus debilidades. "Se come mucho la cabeza cuando pierde una final o un partido importante. Todos los jugadores lo deben sufrir, pero a Andrés se le clava dentro, lo pasa muy mal. Le digo que esto es deporte, que sólo uno gana, pero a él eso le pesa más de lo que le debería pesar. Andrés los problemas se los come todos, los suyos y los de los demás. Y eso al final pasa factura. Ha tenido mucha presión desde muy joven, le repercuten los problemas de todo el mundo, y no lo saca por no hacernos sufrir. Hay que sacar todo el veneno que al final el veneno te mata", analiza.

"Por encima del fútbol me queda que es una gran persona, un gran hijo"

Además, señala cuál fue su peor época: "Con la lesión antes de la final de la Champions de Roma se comió mucho la cabeza y pasó días malos. Después aquel verano pasó lo de Jarque. Él estaba jodido, pero nos daba ánimos a nosotros. El verano siguiente llegó al Mundial y le cambió todo. Le alivió, le dio oxígeno, explotó allí jugando, disfrutando, y luego vino el éxito".

Algo en lo que, de nuevo, coincide Andrés. "Sí, fue liberador para mí. Ya nada fue igual. Todo este proceso lo analicé con quien tenía que analizarlo y te das cuenta que hay cosas que son importantes, otros que no, intentas encontrar los porqués que te han llevado a este momento ya partir de aquí aprendes a seguir avanzando sin tener que penalizarte. Te hace más fuerte porque te hace ver las cosas de diferente manera", reflexiona.

El final de su carrera está cerca, pero el FC Barcelona ha disfrutado de todo lo que le llevó hasta aquí. Como recuerdan su padre y su madre, Andrés Iniesta sigue siendo un chaval cercado y familiar, aunque cuando se calza las botas sólo piense en la victoria. Es adorado en la mayoría de estadios del mundo, pero nunca le querrán más que en su propia casa.