La Copa del Rey, un bálsamo para calmar el enfado de Ter Stegen

No es ya ningún misterio, a estas alturas de la temporada, que Marc-André Ter Stegen no está a gusto en el FC Barcelona jugando únicamente los partidos de Copa del Rey y UEFA Champions League. Una de las imágenes que nos dejó la celebración del FC Barcelona sobre el terreno de juego de Yokohama tras conseguir el título de campeón del mundo de la FIFA, de hecho, fue el rostro imperturbable del guardameta alemán sobre el césped. El joven portero de 23 años no estaba del todo contento celebrando un título en el que no había colaborado ni si quiera un minuto, ya que su compañero Claudio Bravo había sido titular en los dos encuentros del campeonato.

Varios fueron lo hombres azulgranas que trataron de animarlo, sobre todo un Daniel Alves que estuvo encima suya para tratar de sacarle alguna sonrisa, aunque no lo consiguió. Su actitud no sentó muy bien en ciertos sectores del vestuario, que entendían su enfado pero no que no compartiese el éxito colectivo. Ahora, el joven arquero germano dispondrá de algunos partidos durante este mes de enero para saciar su sed de minutos y puede que calmar su enfado.

Y es que Ter Stegen será presumiblemente el portero del FC Barcelona en la eliminatoria de octavos de final de Copa del Rey contra el Espanyol, y también a lo largo del resto de la competición en el caso de que el Barça supere la ronda contra el conjunto perico. Él desearía poder jugar también la Liga BBVA y haber disputado el Mundial de Clubes de Japón, pero de momento deberá "conformarse" con los partidos de Champions League y de Copa del Rey, que se disputarán los segundos en este mes de enero, con las eliminatorias de octavos y cuartos de final muy seguidas.

Será este el momento en el que Marc-André tenga que demostrar que está a la altura de las circunstancias y que puede aportar mucho más que un rostro enfadado. Tiene la calidad y las habilidades necesarias para ser el portero del futuro del FC Barcelona, pero ahora sólo falta que no lo desaproveche. Claudio Bravo, además, todavía genera más seguridad que él a la afición.