La magia del FC Barcelona se antepuso a las rotaciones

El FC Barcelona encontró finalmente el sendero del éxito contra el Levante en el Camp Nou, aunque tardó más de lo habitual y volvió a mostrar signos de imprecisión colectiva a la hora de finalizar las jugadas ofensivas. Luis Enrique rotó a más de medio equipo en el once

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4-1 en el Camp Nou contra el Levante. A priori un resultado más que esperado, algo corto incluso teniendo en cuenta el 7-0 y 5-0 de las dos últimas temporadas en el santuario azulgrana, pero más que contundente en todo caso. Sin embargo, la realidad es que al FC Barcelona le costó más de lo habitual no sólo abrir el marcador contra el conjunto valenciano, sino sentenciar el encuentro y culminar en gol unas jugadas ofensivas que llegaron a raudales tanto en la primera como en la segunda parte. Desde el minuto uno el Barça controló la posesión y dominó el partido, encerrando al Levante en su propia área y buscando resquicios en una defensa poblada con hasta tres centrales.

Costaba, pero las jugadas iban llegando progresivamente gracias a magistrales combinaciones entre Leo Messi, Neymar Jr y Rakitic, más suelto que de costumbre en el centro del campo y pisando área más de lo normal. A pesar del buen juego inicial, con el paso de los minutos el Levante se fue asentando sobre el césped y causó cierto peligro con la velocidad de Ghilas y Roger al contraataque, manteniendo también a raya al FC Barcelona en defensa durante el último tramo de la primera parte y a partir del minuto 70 de partido, cuando el Barça tenía el duelo semi-sentenciado.

Puede que parte de culpa del juego intermitente del Barça durante algunos minutos la tuvieran las muchas -excesivas, quizás- rotaciones que llevó a cabo Luis Enrique para afrontar el partido. Más de la mitad del equipo fue diferente con respecto al trabajado encuentro contra la Roma en Champions League. Marc Bartra, Dani Alves -que venía de una lesión-, Javier Mascherano y Adriano Correia culminaron una defensa totalmente distinta a la del Estadio Olímpico, con la presencia además de Leo Messi en el centro del campo por Andrés Iniesta y, en ataque, la aparición de Munir El Haddadi y Sandro Ramírez acompañando a Neymar Jr.

Los dos canteranos aportaron frescura a la hora de presionar y precisión en las líneas de pase, pero no tuvieron la profundidad y precisión necesaria como para generar serio peligro para la portería del Levante. El Barça, sin Busquets y Andrés Iniesta como manijas en la sala de máquinas, dependió excesivamente de la magia de Leo Messi y de sus prodigiosas combinaciones con Neymar Jr para superar a un Levante correcto en defensa, pero con muchas deficiencias.

Al final, en cualquier caso, todo salió a pedir de boca para Luis Enrique. Logró rotar a más de medio equipo, conectar en la dinámica del equipo a los jugadores que estaban teniendo menos protagonismo en lo que va de temporada y además dar descanso a algunos futbolistas muy cargados de minutos, como Sergi Roberto, Sergio Busquets, Luis Suárez, Jordi Alba y Andrés Iniesta. Presumiblemente serán estos jugadores los que formen parte de la alineación titular que juegue contra el Celta de Vigo en Balaídos, un partido que se antoja más complicado que el del Levante.