La locura del cierre del mercado de fichajes ha dejado paso a las valoraciones en el Camp Nou, y aunque desde el club se empeñan en sacar conclusiones positivas, la afición y los técnicos no están tan seguros de la profundidad de la plantilla. Ernesto Valverde pidió un Barça a la altura de las exigencias, y además de faltarle piezas, no podrá disponer de todas las del filial.

El retorno del segundo equipo azulgrana a la categoría de plata ha empezado con buen pie, y el balance no puede ser más equilibrado por el momento: Tres partidos, una victoria, un empate y una derrota, con buenas sensaciones, contra algunos de los conjuntos que estarán luchando por el ascenso.

El gran rendimiento que ha mostrado el conjunto de Gerard López no ha pasado desapercibido para el Txingurri, pero hay un inconveniente que le impedirá tirar de algunos de los futbolistas que mejor encajarían en sus esquemas, y es que la normativa de la RFEF marca que los futbolistas mayores de 23 años no pueden disputar partidos con el primer equipo.

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Futbolistas como el Choco Lozano o Íñigo Ruíz de Galarreta podrían haber tenido la oportunidad si no fuera por su edad, ya que ambos tienen 24. El centrocampista, además, es un jugador muy del gusto de Valverde, que siempre ha estado pendiente de sus evoluciones a pesar de no haberle hecho debutar con el Athletic.

Varias lesiones lastraron su progresión, pero tras un año en el Numancia, el de Éibar está maravillando en la medular del filial azulgrana, y responde a un perfil que podría ser de mucha utilidad en el primer equipo. Aunque no tiene una destacada condición física, su visión de juego y control del ritmo son cualidades a tener en cuenta, unas características que no podrá aprovechar el Barça si no le asciende de manera definitiva