Lógica de la LFP: Se castigan más insultos que agresiones

Las últimas sanciones del Comité de Competición a Luis Suárez, Pape Diop y Hernán Pérez han dejado una triste realidad: que en el fútbol español sólo cuentan las actas arbitrales y que, a pesar de que hayan imágenes sobre agresiones claras, acaban pesando más los insultos

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Patadas, coces, manotazos, pisotones... Todo eso y más repartió el Espanyol en el Camp Nou el pasado miércoles en la ida de octavos de Copa del Rey, ante la pasividad de un colegiado, Martínez Munuera, que esta vez sí pitó la mayoría de las acciones violentas pero en la mayoría de los casos se quedó corto en tarjetas amarillas. La "intensidad" que defienden los jugadores del Espanyol pasó desapercibida también para el árbitro y sus jueces de línea cuando Pau López, el portero del conjunto blanquiazul, agredió intencionadamente a Leo Messi -está comprobado que primero mira y luego pisa- con un pisotón que bien podría haber provocado una lesión grave del astro argentino.

Pero todo ello, como si no hubiera pasado. Pau López se marchará de rositas por esa acción y no será sancionado por un Comité de Competición que no se ha atrevido a entrar de oficio -como sí ha hecho en otras ocasiones-, a pesar de que existen documentos gráficos suficientes como para esclarecer que realmente el guardameta agredió a la estrella del FC Barcelona. Eso está comprobado. Lo que no está comprobado es que Luis Suárez dijera en el túnel de vestuarios "venid acá, sos un desecho", como le atribuye el colegiado Munuera en el acta arbitral después de que uno de sus asistentes le avisara de dichas palabras, que podría haber pronunciado Mascherano en vez de Suárez.

El caso es que los ciudadanos de a pie jamás podrán saber si realmente Suárez pronunció o no dichas palabras -es la palabra del árbitro contra la de Suárez- a pesar de que el propio entorno del jugador lo habría negado ya, mientras que todo el mundo sí pudo ver con sus propios ojos la agresión de Pau López a Leo Messi, así como las intentonas de los jugadores del Espanyol de frenar a los del Barça a base de patadas y acciones violentas. Intentonas en muchas ocasiones, porque en la segunda parte el capitán blanquiazul, Javi López, entró con la pierna levantada a intentar pisar a Neymar Jr en una acción y quedó retratado en el suelo, llevándose un caño.

El problema, en definitiva, es que parece que últimamente pesan más en la LFP los insultos que puedan aparecer en las actas arbitrales que las acciones que realmente sean graves y, pese a no estar en el acta, hayan sido recogidas por las cámaras. El Comité de Competición ha entrado de oficio en más de una ocasión para quitar tarjetas amarillas a jugadores de diversos equipos y, revisando imágenes "a posteriori" de los partidos. No entró de oficio sin embargo cuando Pepe pisó intencionadamente la mano de Messi en un Clásico de Copa del Rey en la temporada 2011-12, como tampoco se prevé que lo haga ahora con el pisotón de Pau López a Messi. Como dice el periodista Josep Maria Casanovas en un artículo publicado en las últimas horas en el diario "Sport", "se castigan más los insultos que las patadas". Puede que sea verdad.