Después de haber iniciado el año 2016 como un tiro y siendo el referente goleador del FC Barcelona, parecía que tras el parón por las selecciones nacionales la pólvora se le había mojado a un Leo Messi que no veía puerta con el Barça desde el partido de la vuelta de Champions League frente al Arsenal. Si había marcado en el último encuentro con Argentina frente a Bolivia, último partido donde anotó gol.

Desde entonces, ni frente al Real Madrid, ni en los dos duelos ante el Atlético de Madrid ni frente a la Real Sociedad había marcado un Leo Messi que se aprovechó de una internada de Jordi Alba por la izquierda para acortar distancias frente al Valencia CF. Un gol que fue su número 500 como profesional. y que llegó 514 minutos después de su último gol con la camiseta blaugrana.

Además, su gol también valió para acabar con el mal fario del propio equipo que llevaba dos partidos seguidos sin marcar. Después del segundo gol de Luis Suárez en el primer encuentro ante el Atlético de Madrid, los de Luis Enrique no habían anotado ni en el Calderón ni en Anoeta. Lo que hace 260 minutos sin ver puerta para un equipo cuyo potencial reside, precisamente, en su ataque.