Lionel Messi, desde que debutó con el FC Barcelona, ha demostrado ser un jugador sumamente profesional que intenta no generar problemas ni provocar polémicas. Es una persona introvertida, con un círculo cercano muy reducido, y que se ha callado muchísimas veces lo que piensa o siente. En el fútbol, donde millones de personas están observando con una lupa cada movimiento o palabra, es mucha la presión la que un jugador puede sentir. A pesar de ello, el capitán culé ha reconocido que no le afecta, en gran parte, lo que puedan decir de él, sino que está concentrado en lo que pase en el campo. 

Aunque Messi ha sabido controlar sus emociones y pensamientos, reconociendo que no sufre de ansiedad, su entorno le ha recomendado en diferentes ocasiones que hable más de lo que puede estar viviendo y que visite un psicólogo, pero él nunca ha querido, ni de pequeño ni ahora. No es un secreto que los últimos meses de Messi a nivel deportivo han sido muy turbulentos, desde que comunicó en el verano su intención de marcharse del Barça y posteriormente en su irregular rendimiento en el campo, que pudo haber significado un gran bajón anímico para el fútbolista, pero ha reconocido que se encuentra bien. 

En su entrevista con Jordi Évole, fue preguntado por si le generaba ansiedad ser el mejor jugador del mundo, apuntando que no, porque no se lo toma de esa manera, ya que "no juego para serlo ni para que lo digan. Juego para ganar, dar el máximo a mi equipo y dar lo mejor en cada partido, no para lucirme y que digan que es el mejor", confesó. 

Sin embargo, ha reconocido que en algún momento tendría que haber hablado sobre lo que vive con un psicólogo. "Tendría que haber ido pero fui nunca. No sé, me cuesta dar ese paso pese a saber que lo necesito", afirmó. En su entorno le han insistido, sobre todo su esposa, Antonela, quien le ha dicho que lo necesitaba.  "Soy una persona que me lo guardo todo para mí y no lo comparto y nunca di el paso. Yo se que lo necesito por lo que hago, por el día a día, por lo que me toca hacer, y que me haría bien, pero no lo hago", sentenció. 

Ha sido introvertido desde pequeño

Messi ha reconocido en diferentes oportunidades que es una persona muy cerrada y que, de hecho, cuando llegó a Barcelona, con 13 años, a él y su familia le costó muchísimo adaptarse, por lo que terminó quedándose únicamente con su padre. Confesó que su primer año, en específico, fue el más duro, por la adaptación y porque no pudo jugar debido a una lesión. 

También ha afirmado que desde siempre ha sido muy reservado e introvertido. “Desde chiquito fue siempre así, perdía y lloraba o me peleaba con mis hermanos cuando me cargaban cuando me ganaban", recordó. "Soy muy calentón, en la calentura no pienso y digo y hago lo que me sale y después me arrepiento pero soy así. Soy calentón desde chiquito”, finalizó.