El mal momento que atraviesa el FC Barcelona en el apartado deportivo es evidente: los culés son octavos en la clasificación liguera con 24 puntos, a 18 del líder, el Real Madrid, que ha disputado un partido más que los dirigidos por Xavi Hernández. Para los azulgranas no hay mañana: solo resta ganar y escalar posiciones.

Remontar luce difícil; sin embargo, la historia ha demostrado que no se trata de algo imposible para el Barcelona, que en la temporada 2003-04 se enfrentó a una situación similar en lo que fue la primera temporada de Joan Laporta como máximo jerarca de la entidad catalana.

Para entonces, ocupaban la casilla número 12 del torneo y la diferencia con el líder era exactamente la misma que hoy: 18 puntos; el rival, el mismo: el Real Madrid. De esta manera, los de Frank Rijkaard firmaron nueve victorias consecutivas en los siguientes 17 enfrentamientos.

De esta manera, los culés pudieron superar a los blancos en la tabla por dos puntos (72 a 70). Aun así, no la remontada resultó insuficiente para desbancar al Valencia, que terminó obteniendo el título. El Barcelona se enfrenta a otra cita con la historia, que como ha dicho Xavi, “está para romperse”.

El reto del Barça

El camino de los azulgranas pasa por el siguiente partido frente al Elche. Posteriormente, está fijada en el calendario una dura visita al Ramón Sánchez Pizjuán, un rival directo por los puestos europeos, por lo que obtener ambas victorias supondrá un golpe de autoridad para llegar con ánimo a 2022.