Hace poco menos de un año, el FC Barcelona apostó por Ousmane Dembélé como relevo de Neymar, que acababa de fichar por el Paris Saint-Germain. El extremo francés llegaba al club azulgrana procedente del Borussia Dortmund -equipo al que se le desembolsaron 105 millones más variables- con el cartel de estrella.

Casi un año más tarde, se puede decir que Dembélé debe mejorar mucho para alcanzar el nivel de las expectativas puestas sobre él tras su llegada. Su primera temporada ha estado marcada por las lesiones y el extremo francés no ha conseguido sacar a relucir su mejor versión, algo que ha desatado los rumores sobre su posible marcha.

De hecho, hace escasos días, el programa El Transistor, de Onda Cero, especuló con un intercambio en el que Dembélé acabaría en el Chelsea a cambio de Eden Hazard, incluyendo también un pago extra por parte del conjunto azulgrana. No obstante, según las informaciones de Mundo Deportivo, dichas informaciones fueron desmentidas por el club catalán.

La realidad, sin embargo, es bastante distinta: Dembélé no se toca, ya que se trata de uno de los jugadores en los que hay depositadas grandes esperanzas de cara al futuro. El extremo francés entra en los planes de Ernesto Valverde ya que es una apuesta a largo y a corto plazo.

Dembélé debe demostrar su calidad

El FC Barcelona todavía cree mucho en las posibilidades de Ousmane Dembélé al frente del equipo. El extremo francés fue la elección de la anterior secretaría técnica, por lo que tiene toda la confianza del mundo. Pese a que no haya tenido demasiados minutos en el Mundial de Rusia, esta puede ser su gran temporada.

Dembélé es un jugador rápido, potente, desequilibrante y con una gran habilidad para el regate. Además, es ambidiestro, algo que hace que se sienta cómodo jugando tanto en la banda derecha como en la izquierda. Sus habilidades no son puestas en duda y hay el convencimiento de que acabará triunfando.