El magnífico momento de forma que atraviesa el FC Barcelona, y que le permitió marcharse al descanso con un 4-0 que sentenciaba definitivamente la eliminatoria de octavos de final de Copa del Rey 2017-18 contra el Celta de Vigo, sirvió a Ernesto Valverde para adelantar sus planes y dar más descanso del esperado a Leo Messi, quien se marchó en el minuto 60 con un botín de dos goles.

Leo Messi demostró estar en un momento excepcional, y el barcelonismo le agradeció una vez su compromiso y talento con una ovación realmente descomunal, con la mayoría del público en pie para despedirle del campo. 

Pero Leo Messi se marchó para dar entrada a Ousmane Dembélé, quien también recibió una ovación al entrar y aprovechó al máximo sus minutos sobre el césped para empezar a convencer a la afición culé a base de juego vestiginoso, carreras de campo a campo, regates, movilidad, visión de juego y mucha energía desplegada sobre el campo.

Dembélé mostró una gran intensidad que sirvió, además, para dejar claro al barcelonismo que tiene el talento necesario para, con el paso del tiempo, seguir evolucionando y labrarse una historia muy importante con la elástica azulgrana.

En el Barça todo marcha sobre ruedas

De momento, si algo está claro es que el FC Barcelona de Ernesto Valverde funciona esté quien esté sobre el terreno de juego. La dinámica ganadora en la que se encuentra, además, constituye el mejor ecosistema posible para que los nuevos fichajes, como Dembélé, Coutinho y Yerry Mina, se adapten paso a paso para sacar a relucir su mejor nivel en el menor tiempo posible. Hasta ahora, todo marcha sobre ruedas.