Si alguien esperaba que el FC Barcelona saliera desconcentrado o se dejara intimidar por el ambiente de Mestalla, se equivocaba. Los de Valverde saltaron al terreno de juego muy enchufados, tanto que llegaron a dominar y apagar la intensidad 'ché' en los primeros minutos de partido, gracias en gran parte a una presión adelantada que dificultó mucho las cosas al Valencia.

Ernesto Valverde es un gran estratega, y sabía perfectamente que el Valencia saldría a intentar encerrar a los culés desde el primer minuto. Por eso, colocó a un centrocampista más en el campo -Paulinho- y la fórmula de presión en la salida de balón 'ché' permitió a los culés dominar la posesión con muy buena cara en Mestalla, sin que los locales crearan peligro.

El Barcelona, que empezó dominando el partido por completo en el primer cuarto de hora, dejó además muy claras sus intenciones desde el principio. Paulinho no se lo pensó dos veces y protagonizó un peligroso disparo desde fuera del área en el minuto 4 de partido, que Neto se vio obligado a desviar a córner para asegurarse de que no entraba en la portería.

Apenas seis minutos después, en el 10, Ivan Rakitic fue quien lo volvió a probar desde fuera del área, con un disparo raso, potente y centrado que Neto pudo detener sin problemas, pero que volvió a ponerle en alerta.

El Barça también puede ser directo

Y es que el FC Barcelona demostró en Mestalla, al menos durante los primeros minutos, que también puede mostrar una versión directa cuando es necesario, tanto para intimidar al rival como para quitarse de encima la presión para luego jugar más tranquilo sobre el verde.

Además, tiene jugadores suficientes como para intentarlo, sea chutando desde fuera del área o jugando en ocasiones al contragolpe. El FC Barcelona ha sabido metamorfosearse en los últimos tiempos, y eso es una virtud que hay que seguir cuidando.