Cuando en el mes de agosto preguntábamos en esta página web qué opinión tenían los lectores sobre el fichaje de Paulinho, la respuesta más generalizada fue la de 'toca esperar'. Y realmente el tiempo ha dado la razón a los aficionados. No valorarle hasta verle en los terrenos de juego. Y su rendimiento hasta la fecha es más que correcto.

Paulinho es físicamente un portento que dota a la medular azulgrana de una solidez infranqueable. Cada vez más cómodo en el juego asociativo, su llegada deja espacios a Messi y supone una amenaza más para el ataque del Barça. Ante el Olympiacos rozó el gol en más de una ocasión.

El brasileño se ha ganado el respeto de Valverde a base de trabajo. Sus compañeros asumen que su perfil es fundamental para poder competir a nivel europeo. Y la afición está cada vez más satisfecha por su aportación en el campo. 

¿El nuevo Keita?

Paulinho es un jugador muy físico no exento de una buena técnica para no desentonar en un equipo de virtuosos, con agresividad para defender y robar balones y también con buena llegada para acabar jugadas. Algo que hacía a la perfección Keita, que marcó 22 goles en su etapa en el Camp Nou.

Ese tipo de jugador se echó de menos en partidos de Champions como aquellas dos noches fatídicas, la de París y la de Turín. Una tuvo solución, la otra ya no hubo manera de remediarla. Por ello el club no ha querido repetir errores y buscó un jugador con características similares a las de Keita. Un pulmón que no sea tosco. Paulinho, hasta el momento, demuestra que su fichaje vale la pena.