Normalmente, siempre que el FC Barcelona organiza una cena de equipo suelen asistir no sólo todos los jugadores, sino también la mayor parte del cuerpo técnico y sus respectivas familias. Así fue este jueves, con motivo de celebración de la Bota de Oro de Luis Suárez y, en particular, de la goleada endosada horas antes al Manchester City en UEFA Champions League.

Los jugadores y técnicos acudieron con sus coches de lujo a un prestigioso restaurante de Castelldefels, aunque los medios de comunicación desplazados hasta allí pudieron comprobar dos ausencias significativas: las de Gerard Piqué y Aleix Vidal. Se deduce que el central catalán prefirió quedarse en casa al sufrir un esguince por el que estará tres semanas alejado de los terrenos de juego.

Algo normal y entendible en el caso de Piqué, pero misterioso en cuanto a Aleix Vidal, cuyo motivo para ausentarse de la cena se desconoce. Es posible que realmente exista una razón de peso, pero si no la hay lo más probable es que tenga pie y medio fuera del Barça.

Y es que las cenas de equipo son el mejor momento posible para que el vestuario, acompañado por sus familias, haga aún más piña y aumente la química general. Incluso Douglas Pereira asistía a ellos durante las dos últimas temporadas, pero parece que con Aleix Vidal la situación ya sería imposible de reconducir.

El lateral tarraconense, que encadena casi una decena de partidos sin ser convocado por Luis Enrique, tiene los días contados en el FC Barcelona a la espera de que llegue el mercado de invierno, donde lo más probable es que haga las maletas para que pueda llegar un recambio. ¿Será Joao Cancelo? El tiempo dirá.