A priori no entra en las quinielas de la operación salida del FC Barcelona, pero el futuro de Rafinha Alcántara sigue estando rodeado de dudas. El centrocampista vuelve de una larga lesión y no sabe si cuenta con la confianza de Ernesto Valverde, y si no encuentra respuesta a sus intenciones, valorará marcharse. No se quita el Mundial de la cabeza.

El caso del brasileño no es nuevo en el vestuario azulgrana: Su prioridad es tener minutos, y de momento el técnico los está repartiendo con bastante acierto. Hay futbolistas que no esconden que les gustaría jugar más, pero excepto Arda Turan, nadie se considera marginado. El problema es que en pocos días habrá más opciones disponibles, lo que es una ventaja pero a la vez un problema.

En los últimos meses, todos han trabajado para convencer a un Valverde que no cerró puertas a nadie y que afronta con interés la vuelta de Rafinha, pero jugar en este Barça empieza a estar muy caro. Rafinha quiere ver si la respuesta en los primeros compromisos de enero es positiva, pero si en la Copa y los duelos que cerrarán la primera vuelta de LaLiga no dispone de oportunidades, pedirá que busquen una solución.

Sin ofertas

La mayor desventaja de Rafinha en estos momentos es que no cuenta con ofertas en firme debido a su largo tiempo en el dique seco, aunque sabe que una consulta al mercado podría obtener el interés de algunos clubes. Es por ello que antes de que acabe enero necesita tomar una decisión. A mediados de mes podría haber novedades, contando que aún podría aprovechar la ventana invernal.

Otra de las prioridades del jugador de Sao Paulo es el Mundial de Rusia. Tite es un enamorado de sus cualidades, y aunque sabe que es una opción lejana por todo el rodaje que necesita, no descarta un esprint final para entrar en la convocatoria de Brasil. De momento, no es más que un sueño, pero si las cosas funcionan, el brasileño no se pone barreras.