Si alguien creía que a Sergio Ramos no se le cruzarían los cables en el Clásico, andaba equivocado. Esta vez su entrada a Leo Messi no fue tan descomunal como la del 5-0 en el Camp Nou de 2010, pero posiblemente sí más peligrosa. Con la velocidad de la jugada y la forma en que entró al argentino -los tacos por delante de las dos piernas, a media altura-, bien podría haberle lesionado de gravedad.

Por fortuna no fue así, pero no se libró de la tarjeta roja directa y, mientras se marchaba a los vestuarios tras haber dejado a su equipo con diez, tuvo tiempo todavía para hacer el ridículo y dirigirse a gritos a Gerard Piqué. "Habla ahora, habla ahora de los árbitros", le dijo al central catalán del FC Barcelona, que miraba la escena con parsimonia mientras bebía agua.

Sergio Ramos perjudicó al Real Madrid

Y es que Sergio Ramos, seguramente por la intensidad del partido, creía firmemente que su entrada no había sido merecedora de tarjeta roja directa, ni mucho menos, y que su expulsión era un atraco arbitral comparable a los que ha sufrido el FC Barcelona a lo largo de LaLiga 2016-17.

Pero cuando los comentaristas de "Movistar Partidazo" convergen en que es expulsión clara, no hay lugar para la duda. La entrada de Ramos fue criminal, y si no lesionó a Leo Messi fue de milagro, porque no consiguió impactar completamente con su pierna.

Ahora, el Real Madrid quedará muy mermado de cara al partido de esta semana contra el Deportivo, dado que con las lesiones de Varane y Pepe sólo tiene a Nacho como único central disponible, con Sergio Ramos sancionado, como mínimo, un partido.