Llegaba Luis Suárez al duelo ante el RCD Espanyol de este sábado con la ansiedad de ese depredador que lleva tiempo sin oler la sangre. El atacante del FC Barcelona sumaba cinco encuentros consecutivos sin anotar, igualando su peor racha como culé. Y a pesar que a la conclusión del duelo restó importancia a ese hecho, de buen seguro que los dos goles anotados le han sentado francamente bien.

"Es algo que uno vive con mucha tranquilidad. No es una obsesión, lo que importa es ayudar al equipo marcando goles o no", afirmó el "killer" del equipo azulgrana a la conclusión del partido.

Un duelo donde los suyos se llevaron una valiosa victoria de Cornellà-El Prat. "Creo que el primer tiempo ellos habían hecho un buen planteamiento defensivo y no encontrábamos la solución", comenzó diciendo el charrúa.

La ambición y las ganas del Barça, clave

Un Suárez que resumió la clave de la victoria en dos aspectos fundamentales: "La ambición y las ganas de llevarnos los tres puntos, que nos llevó a conseguir el primer gol, un tanto que nos dio más calma". La calma se transformó en mejor juego y acabar goleando por cero a tres a los blanquiazules.

Esa calma necesaria para los próximos tres encuentros de competición que quedan si quieren alzarse con el título de campeones. "Lo que tenemos que hacer es tratar de ganar los partidos. El rival también tiene un calendario complicado, con mucho desgaste físico. Veremos a ver qué pasa", concluyó.