El flamante fichaje del FC Barcelona en este mercado de invierno, Philippe Coutinho, tuvo este jueves la oportunidad de disputar sus primeros minutos con la camiseta azulgrana, saltando al terreno de juego a falta de poco más de 20 minutos para el final contra un Espanyol en el que militó durante seis meses, en los inicios de su carrera, cuando estaba cedido por parte del Inter de Milán.

La imagen fue potente en el Camp Nou. Coutinho salió al campo por Andrés Iniesta, lo que representó un relevo generacional repleto de aplausos y con ovación del santuario azulgrana tanto para uno como para otro. Muy serio y concentrado, Coutinho saltó al terreno de juego y en apenas dos minutos tuvo tiempo de sacar una falta peligrosa al borde del área del RCD Espanyol.

Si algo no le falta al brasileño, es desparpajo. Saltó al césped del Camp Nou como si hubiese jugado allí toda su vida, entendiéndose sin problemas con Leo Messi y el resto de sus compañeros al hablar el mismo lenguaje: el de la calidad técnica y la magia futbolística.

Coutinho habla el idioma Barça

Esa aureola de entendimiento le permitió generar peligro ante la portería del Espanyol, aunque no llegó a disparar a portería. El debut de Coutinho, en definitiva, no decepcionó al dejar el brasileño detalles de calidad como paredes, un caño y también una croqueta que hizo sin despeinarse, pisando el balón con frecuencia y pareciendo más un jugador de fútbol sala que de fútbol once.

Está claro que el brasileño dará muchas alegrías al barcelonismo de cara a las próximas fechas. De momento, tendrá que acabar de adaptarse y, poco a poco, habituarse a un equipo en el que se prevé que encaje como anillo al dedo. Nadie duda que lo hará.