El entrenador del FC Barcelona, Xavi Hernández, no titubeó a la hora de tener palabras de desaprobación ante el bajón evidente de juego en los últimos partidos de su plantilla. El técnico convocó a sus jugadores en la previa a la sesión de trabajo de este miércoles para revisar lo ocurrido en la derrota ante el Cádiz (0-1). El de Terrassa no tuvo tintes grises a la hora de mostrar su desaprobación ante la sangría de malos resultados.

Para alguien que ya vivió situaciones similares en el campo, la solución parece tenerla con una charla directa a los jugadores, que en apenas cinco días se han quedado sin opciones de ganar los dos títulos por los que aún peleaban esta temporada. Ya habiendo adelantado su 'plan' en rueda de prensa, los integrantes del plantel no se llevaron ninguna sorpresa con el disgusto del míster tras las dos recientes derrotas.

Como ya adelantamos, el entrenador culé habría dado sus señalados después de la derrota ante los andaluces, resultado que dejó al Real Madrid con LaLiga casi en el bolsillo. El buen rollo característico del ex capitán catalán se vio alterado después de ver como se pusieron en peligro las opciones de clasificarse para la Champions de la próxima temporada, teniendo los mismos puntos que Atlético de Madrid y Sevilla, aunque con un partido menos.

La arenga del técnico

Su discurso estuvo enmarcado por marcar los errores y la falta de atención en muchas fases del último partido, con fallos notorios en marcas y a la hora de buscar los espacios. De igual manera les recordó que no solo con talento se gana un partido de fútbol, también se necesita poner la misma intensidad que el rival, algo que quedó en evidencia en la eliminatoria ante el Frankfurt en la Europa League. 

La falta de concentración o intensidad no será tolerada de aquí a final de la temporada por Xavi y este mismo jueves espera ver una reacción en la visita a la Real Sociedad. "Quiero ver un cambio al 100%, un cambio en todos los niveles; somos el Barça, no podemos seguir ni un minuto más así", subrayó de forma clara el entrenador, en un discurso marcado por la tensión y la contundencia.